Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 186

Ella envió otro mensaje de WhatsApp de inmediato.

“Alejandro, por favor, evita demasiado contacto con Emilio; te arrastrará hacia abajo.”

“Te explicaré los detalles cuando tengas tiempo.”

Sin embargo, después de enviar los dos mensajes de WhatsApp, no hubo respuesta.

Ana permanecía constantemente inquieta.

Su teléfono no estaba en modo silencio.

No fue hasta que sonó el timbre del teléfono que Ana, semi-dormida, se despertó sobresaltada.

Ana respondió rápidamente el teléfono.

—Acabo de bajar del avión y vi tus mensajes de WhatsApp.

La voz de Alejandro resonó a través del teléfono.

Ana se despertó de inmediato, —¿Estabas en el mismo vuelo que Emilio?

—Sí, en el mismo vuelo. —Alejandro lanzó una mirada furtiva a Emilio, que estaba a su lado.

En este encuentro fortuito, Emilio intentó acercarse a él.

Parece que la familia Ibarra ha estado enfrentando algunos problemas últimamente.

Ana respiró hondo y dijo, —Escucha, él tiene un anillo y ese anillo no es nada bueno. Él es muy mujeriego, cambiando de mujer constantemente. Sumado a ese anillo maléfico, seguramente está enfermo. ¡No te acerques demasiado a él! Como es tu amigo, la mala suerte que lleva seguramente te afectará y podría incluso poner en riesgo tu vida.

Las cejas de Alejandro se arquearon imperceptiblemente.

Luego miró a Eduardo, que se había golpeado la frente, la cual estaba roja e hinchada.

Finalmente, su mirada cayó en sus propios zapatos.

En sus zapatos de cuero hechos a mano, había manchas dejadas por una naranja, e incluso un rasguño de cristal roto.

Esto ocurrió en el avión, cuando de repente hubo una fuerte turbulencia.

Entonces, la copa de una azafata se cayó.

Emilio, al darse cuenta de que Alejandro había acelerado el paso como si lo hubiera olvidado, rápidamente se apresuró a alcanzarlo.

La bella dama a su lado, corriendo en tacones altos, se veía bastante desordenada.

—Presidente García, ¿podría llevarme hoy a mi hotel en su coche? Mi coche tuvo un problema en el camino. — Emilio alcanzó y preguntó.

Eduardo observó la situación, suponiendo que Emilio tenía algo que decirle al presidente García.

Después de todo, aunque no eran muy buenos amigos, Emilio era alguien que podía presentarse frente al presidente García.

De repente, su frente dolía.

Levantó la mano para presionarla.

¿Se había formado un bulto tan grande?

No es de extrañar que doliera, qué mala suerte. Había volado tanto a lo largo de los años, pasando casi tanto tiempo en aviones como durmiendo en casa, y esta era la primera vez que tenía tanta mala suerte.

—No es conveniente. —Alejandro rechazó fríamente, sin dar razón.