Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 189

Ana comprendió la situación sin mostrar cambio alguno en su expresión, y no dijo nada al respecto.

Solo necesitaba asegurarse de que podían contar con ella.

—Ana, ¿crees que es posible repararlo? —preguntó Don Fernando con un semblante serio.

Don Hugo también dirigió su mirada hacia Ana.

En realidad, él también pensaba que la reparación del cuadro sería difícil; incluso Don Fernando lo encontraba complicado, y parecía casi imposible que fuera exitosa.

Sin embargo, Don Fernando confiaba mucho en la joven y bella mujer que tenía delante, aunque pareciera demasiado joven para afrontar tal tarea.

Ya se había preparado mentalmente para despedirse de la pintura.

Pensando en cómo la pintura se había perdido bajo su custodia, sentía que, al llegar al cielo, no podría explicárselo a sus antepasados.

¡Ay!

No obstante, Ana asintió: —Puedo hacerlo, solo necesito medio mes más.

Don Hugo quedó asombrado.

Don Fernando también se sorprendió; si hubiera conocido a esta chica al principio, seguramente habría dudado y pensado que estaba mintiendo, pero ahora conocía el carácter de la joven.

Ella no diría que puede hacer algo si realmente no fuera posible.

La situación era que realmente podía hacerlo.

Él dijo emocionado: —¿Estás realmente segura, joven?

—Sí, estoy segura. Hace unos años, reparé pinturas incluso más difíciles que esta —dijo Ana.

Mientras tanto, recordó que cada vez que la abuela Ruiz salía y volvía, siempre traía algunos objetos antiguos muy difíciles de restaurar, como rollos de pintura y porcelanas de épocas antiguas.

Ana tomó la pintura y se fue a restaurarla. Justo después de que se fue, Don Hugo, con los ojos brillantes, dijo: —¿Esta chica tiene pareja? Mi nieto tiene 23 años este año, no solo es joven y exitoso en su carrera, sino que también se preocupa mucho por su reputación y ni siquiera ha tenido novia. Don Fernando, ¿qué te parece si los hacemos encontrarse?

La familia Domínguez necesita una chica con un carácter tan estable como el de Ana.

Y la chica es también muy bonita.

Su nieto, definitivamente le gustaría Ana.

Don Fernando miró a Don Hugo con severidad: —Ni mi nieto es suficiente para ella, no pienses en el tuyo.

—¿Cuántos años tiene tu nieto? ¿Ya pasó los dieciocho? —preguntó Don Hugo.

¿Está pensando en ella como esposa para su nieto?

Don Fernando sintió un poco de dolor al pensar en esto: —No, ella ya tiene novio.