Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 224

—Vi a Anita, pero no dijo nada. Tu padre y yo ya hemos adivinado quién la está manteniendo,— dijo Laura.

El corazón de Carmen dio un vuelco y se hundió pesadamente mientras apretaba el teléfono. ¿Era posible que lo que temía realmente estuviera sucediendo?

No quería que sus padres supieran de la relación entre Ana y Alejandro.

Si lo descubrieran, seguramente mirarían a Ana de otra manera, y no habría lugar para ella en la casa.

—Entonces... ¿quién creen que es?—preguntó Carmen.

—Es Caio, el hijo menor de Don Fernando. Se acaba de comprometer y no querría que la gente supiera que está manteniendo a otra mujer a escondidas. No le digas esto a nadie, ¿de acuerdo? Aunque el hombre que ha encontrado tiene estatus, ser la amante de alguien es algo que avergonzaría a nuestra familia,—le advirtió Laura a Carmen.

Carmen se quedó atónita.—¿Caio?

¿Cómo podían pensar que era Caio?

Antes también había sido su suposición, pero ¿podía haberse equivocado? Sin embargo, Nuria no parecía estar mintiendo. ¿Quién estaba equivocado entonces?

Ahora deseaba que Ana realmente fuera la amante de Caio.

—Sí, estamos seguros de que es él. Descansa, Carmen. Ha habido problemas en la familia y has estado preocupada. Ahora que las cosas han dado un giro, cuida de ti misma y no te preocupes,—dijo Laura antes de colgar.

Carmen miró el teléfono, desconcertada.

¿Caio?

¿Es posible?

En su corazón, ella sabía que probablemente era Alejandro, pero no quería que sus padres y hermanos lo supieran.

Entonces, si ellos creían que era Caio, que así fuera.

Dejó el teléfono y fue al baño, mirando su reflejo cansado en el espejo.

Anoche se había divertido demasiado; la nueva droga la hizo sentir como si estuviera en el cielo.

Bajo los efectos de la droga, estaba fuera de control.

Había dos videos en total, así que abrió el segundo.

Este video la dejó atónita. Después de que el hombre se fue, entraron varias personas más.

En ese momento ya no tenía control de sí misma, ni recordaba lo que había pasado, solo que despertó en una habitación vacía y desordenada.

No le dio mucha importancia en ese momento.

Pero al ver el video ahora, se dio cuenta de lo extravagante que había sido la noche anterior. Ella podía permitirse algunas cosas, pero esto era demasiado.

Con dedos temblorosos, llamó a Carlos.

—¿Cómo conseguiste estos videos? ¿De dónde los sacaste? ¡Carlos, explícate!

Ella sabía que era ella en el video, y si esos videos se difundían, estaría arruinada.