Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 240

Manuel resopló,—Si te mudas de vuelta a vivir aquí, te dejaré llamarme hermano mayor.

—Mi madre adoptiva no está bien de salud y necesita que la cuide. Yo también quisiera mudarme de vuelta, pero ella me ha criado, no puedo ser desagradecida.—Carmen trató de mantener la calma.

¿De verdad había cambiado y comprendido todo? Manuel miró a Carmen con escepticismo.

Javier se acercó y dijo fríamente:—Finges muy bien.

¡Qué buena actriz!

Carmen sintió el impulso de darle una bofetada.

—Hermanito, antes fue un malentendido. Todos tenemos momentos de impulso y de no entender las cosas. Yo simplemente no me adapté tan rápido como Ana, no había logrado asimilar bien mi verdadera identidad,—se explicó Carmen.

Aunque Manuel era joven, no era fácil de engañar.—¿Otra vez intentas sutilmente que dudemos de mi hermana, que la odiemos?

No era tan tonto.

—No importa cómo hayas engañado a mi madre, si descubro que te atreves a hacerla sufrir, te mataré.—Manuel entrecerró los ojos amenazadoramente.

Javier también habló en tono frío:—Si vuelves a mencionar a mi hermana, te mataré a golpes.

Carmen agarró su bolso con fuerza al ver la hostilidad de los dos frente a ella. ¡Bien! Vería cómo intentarían complacerla en el futuro, y cómo se arrepentirían de haber defendido a Ana hoy.

—¿Es Carmen la que ha llegado? ¿Por qué te quedas afuera? Entra, por favor.—Elena, al ver a sus dos hijos de pie en la puerta, se acercó rápidamente mientras hablaba.

—Sí, mamá, aquí estoy,—respondió Carmen de inmediato, con una actitud dócil.

Manuel y Javier se miraron y le dieron paso.

Cuando Carmen entró, se sorprendió por la escena en la habitación.

¡Qué destartalado!

Sus ojos estaban hinchados y enrojecidos, claramente había llorado la noche anterior.

—¿Tu prima?—Ana recordaba que Beatriz le había hablado de ella.

Parecía que hace dos años se había quedado embarazada antes de casarse. Se casó estando embarazada y desde entonces había sido ama de casa. Antes de casarse, había sido la belleza del departamento de danza en la Universidad de Barcelona, y justo antes de quedar embarazada, estaba a punto de entrar en el Ballet Nacional.

Beatriz lamentaba mucho por su prima en ese entonces.

Si no hubiera sido por el embarazo antes del matrimonio, ahora ya sería una primera bailarina.

—Sí, ella. El año pasado tuvo una hija, y este año quería volver a perseguir sus sueños, pero sus suegros se lo impidieron. Dijeron que no podían cuidar a la niña, que no confiaban en una niñera, y que debería quedarse en casa cuidando a la niña y, de paso, también a ellos. Y mi primo, él también piensa que mi prima no puede ser tan egoísta, que la niña es demasiado pequeña para que ella se vaya,—dijo Beatriz con los ojos enrojecidos.

El rostro de Ana se tornó serio mientras la acompañaba al sofá.

Beatriz, ya sentada, continuó:—Mi prima estaba muy desanimada, pero ante la oposición de la familia, no le quedó más remedio que sacrificarse. Pero hace un par de días, mientras revisaba su teléfono, vio un directo. Era una cuenta que se dedicaba a grabar en la calle a chicos y chicas guapos, ¡y ahí vio a su esposo entrando en un hotel con otra mujer!