Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 245

Solo una persona irrelevante.

——

Cuando Ana regresó a La Villa Estrella del Mar, Alejandro no estaba.

Justo cuando estaba a punto de subir a cambiarse de ropa, recibió una llamada de Alejandro.

—¿Terminaste con todo?

—Acabo de llegar a casa.

—La abuela me acaba de llamar. Hay algo con lo que necesita tu ayuda. ¿Tienes tiempo para ir?—preguntó Alejandro suavemente.

Ana ni siquiera lo pensó,—Claro que tengo tiempo, ¿es en la casa vieja? Voy ahora mismo en coche.

—Eduardo va a recogerte. No necesitas conducir tú misma, descansa en el coche.

—De acuerdo.

Una vez en el coche, Eduardo no dijo nada al principio.

Estaba pensando cómo abordar el tema.

El jefe había dejado claro que Ana debía descansar en el coche. Si él hablaba y le impedía descansar, el jefe seguramente se enojaría.

Pero había algunas cosas que, si no las decía, le seguirían molestando en la mente.

—¿Eduardo tiene algo que decir?—Ana notó que Eduardo la miraba de vez en cuando a través del espejo retrovisor, como si tuviera algo que decir.

Eduardo inmediatamente comenzó a hablar como si se le hubiera desbloqueado la lengua,—¿Señorita Ana recuerda a Emilio?

—Sí, lo recuerdo. ¿Qué pasa con él?

—Desde que contrajo el SIDA, muchas personas a su alrededor han ido a hacerse pruebas. Últimamente, varias de sus novias también han contraído el SIDA. Anteriormente, Emilio era preparado por la familia Ibarra como si fuera un heredero. Solía actuar sin consideración, siendo arrogante y mandón. Por supuesto, ante el presidente García, no se atrevía. Tengo algunos compañeros de la universidad que trabajan en la empresa de la familia Ibarra, y todos fueron perjudicados por él en secreto.

—Si no hubiera conocido a la Señorita Ana, tal vez ahora estaría en la peor situación. ¡Todo es gracias a la Señorita Ana! A propósito, mencionaste que últimamente todos los que se acercan a Emilio han sido afectados en mayor o menor grado. Es cierto, Rodrigo y Guillermo suelen estar con Emilio, y todos los contratos y negocios en los que se han involucrado han salido mal, con pérdidas tremendas. Todo es realmente extraño, incluso el señor Salvador se ha visto afectado, aunque no tan gravemente como Rodrigo y Guillermo,—dijo Eduardo.

—Sal a tomar el sol y juega al baloncesto más a menudo. Incluso si alguna vez te encuentras con alguien con energía negativa, no te afectará.

Ana no estaba sorprendida; cualquiera en ese momento que hubiera tenido contacto frecuente con Emilio habría sido afectado. No habría excepciones.

Solo que las malas experiencias variaban en magnitud, o si uno tenía la conciencia limpia y el comportamiento recto, esa energía negativa no podría acercarse fácilmente y, naturalmente, no habría mucho impacto.

—¡De acuerdo! ¡De ahora en adelante, cada vez que salga del trabajo, iré a jugar baloncesto!

Media hora después.

Llegaron a la casa vieja.

Ya había tres coches estacionados frente a la entrada de la casa. Uno de ellos pertenecía a Alejandro, y los otros dos no los había visto antes.

Parece que la abuela García tiene visitas.