Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 256

Ana estaba a punto de perder la sonrisa. ¡Por favor, que dejen de hablar sobre lo que pasó anoche!

Hace un momento, cuando se giró y vio a Alejandro, su mirada se posó involuntariamente en sus labios, donde aún era visible la herida, y no pudo evitar recordar cómo la punta de su lengua se había quedado entumecida después del beso de anoche.

—No cenaré en casa esta noche. ¡Adiós!

Dicho esto, se fue corriendo.

Y corriendo muy rápido.

Alejandro levantó una ceja.

Se fue tan rápido como lo hizo anoche.

——

Ana realmente había quedado con Beatriz para visitar a Manuel en su lugar de rodaje.

Hoy, Manuel estaba filmando en un campo de golf.

Esta película cuenta con la participación especial de un actor que le encanta a Beatriz. Ayer, cuando Manuel la llamó, Beatriz escuchó que ese actor estaría presente y enseguida insistió en acompañarla a la visita. Dijo que su esposo, el presidente Campos, estaría de viaje durante varios días y que ella se sentiría muy aburrida, así que decidió ir a ver a su ídolo de diez años.

Durante toda la universidad, Ana fue testigo de la admiración de Beatriz por este actor.

No es el tipo de galán joven y atractivo que es aclamado por su belleza.

Es más bien un hombre viril y frío, que comenzó a entrenar artes marciales desde muy joven, sirvió en el ejército durante la universidad y, tras retirarse, entró en el mundo del espectáculo. No solo es un excelente actor, sino que también es muy hábil en la acción.

Es el ídolo de Beatriz, y también de su segundo hermano.

A Ana también le gustan este tipo de actores.

Primero pasó a buscar a Beatriz, y luego las dos se dirigieron al set.

—Entonces, vamos rápido, ¡quizás hasta pueda hablar con él un poco! ¡Qué emoción!—Beatriz colocó las galletas caseras que había preparado en una caja decorativa.

Ana suspiró un poco,—¿Solo tienes galletas para el actor y no para mí?

—Tranquila, no vamos a comer, tenemos que ser disciplinadas.—Beatriz rió.

—El actor también debería ser disciplinado.

—Él hace suficiente ejercicio todos los días como para quemar estas galletas. Reduje a la mitad el azúcar y el aceite, así que no afectarán en nada a su figura.

—Voy a contarle al presidente Campos que su esposa cuida de otros hombres con mucho esmero.

—¡Espera, espera! Toma, cariño, solo estaba bromeando contigo. No permitiría que alguien tenga algo que tú no tienes. ¡Tu caja de galletas es incluso más grande que la de mi ídolo! Mira cuánto te quiero, para mí, estás al mismo nivel que mi esposo.

Beatriz sacó una gran caja de galletas de otra bolsa.