Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 266

Nuria estaba furiosa y volvió a llamar,—¡Ana!

Ana mantuvo su sonrisa,—¿La señorita Nuria necesita algo más?

—Espero que no te arrepientas.—Nuria sabía muy bien que no podía seguir perdiendo tiempo con Ana.

Podría ser que Alejandro llegara en cualquier momento.

Se dio la vuelta y subió al coche.

Después de arrancar, bajó la ventanilla y miró a Ana.—Ana, te arrepentirás.

No creía que Alejandro fuera a estar interesado en Ana por mucho tiempo.

Lo que había captado la atención de Alejandro era solo la cara de Ana.

—Ahora mismo puedo decirte que no me arrepentiré. Pero de la señorita Nuria, no estoy tan segura. Soy una persona bastante despreocupada, pero cuando me encuentro con alguien afectado, puedo ser aún más afectada que esa persona. Cuando vea al presidente García más tarde, me encargaré de hacerle unos mimos.—Ana arqueó las cejas, adoptando una actitud un tanto arrogante.

Nuria apretó el volante con fuerza, su tono era un poco apresurado.—Deberíamos encontrar un momento para hablar. Hoy he dicho algo sin pensar y te he herido.

Ana esbozó una sonrisa irónica. ¿Nuria creía que los demás eran idiotas?

Nuria respiró hondo, sintiendo una creciente ansiedad.—No es necesario que le cuentes al presidente García sobre estas cosas. Él siempre está ocupado con el trabajo, y llevarle estos asuntos de celos entre mujeres solo hará que poco a poco deje de gustarte. No te traerá nada bueno.

—Él dice que lo que más le gusta de mí es que soy afectada,—respondió Ana casualmente.

En realidad, Ana no sabía exactamente qué tipo de mujer le gustaba a Alejandro, pero estaba segura de una cosa: ya no le gustaban mujeres como Nuria.

Nuria sintió un estallido de ira; sabía que Ana lo hacía a propósito.

Nunca había oído hablar de un hombre al que le gustaran las mujeres afectadas.

Y menos Alejandro.

Sin embargo, durante estos años, todo tipo de mujeres habían rodeado a Alejandro, usando diferentes métodos, pero ninguna había logrado captar su atención.

¿Realmente le gustaba este tipo de actitud despreocupada de Ana?

Viendo que Nuria empezaba a dudar, Ana sonrió para sí misma. ¿Acaso alguien creería cualquier tontería que dijera?

—En fin... te pido disculpas primero. En realidad, Ana, podríamos intentar ser amigas. Ser amiga mía te traería muchos beneficios.—Nuria cambió su tono.