Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 319

¿Era ella como un niño perdido? Aunque se quejaba mentalmente, obedeció y envió su ubicación.

En menos de veinte minutos, Alejandro apareció.

Llegó apresurado, corriendo hacia ella.

Al ver a Ana, extendió su mano y la atrajo hacia su pecho.

Luego cayó un beso.

Ana estaba desconcertada.

Él, esto es...

Después del beso, bajó la cabeza para mirarla, respirando con dificultad. —¿Por qué saliste sola?

Después de regresar del hospital al hotel, solo encontró su maleta y ella no estaba allí; buscó a Eduardo, pero tampoco sabía dónde se encontraba ella.

Entonces, no respondió a varias llamadas consecutivas.

¿Esta mujer no comprende el peligro?

Ana se sorprendió un poco, confundida por el beso. —¿No puedo salir sola? Es una ciudad turística, está llena de visitantes, y no había mucho por hacer en el hotel, así que decidí dar un paseo. ¿Necesitas algo de mí?

Él había estado en el hospital, ¿cierto?

La persona por la que se había apresurado al hospital definitivamente era muy importante para él.

Alejandro, al oír el tono despreocupado de Ana y al ver la calle peatonal llena de gente, de repente sintió que su comportamiento había sido algo irracional y precipitado, incluso un poco ridículo.

Por un momento, su expresión se tornó sombría.

Al ver que Alejandro parecía molesto, Ana señaló hacia un popular sitio para tomar fotos no muy lejos y sugirió, —¿Qué tal si vamos allí a hacer cola para tomar fotos?

Ella estaba bastante emocionada.

Podría pedirle a Alejandro que le tomara algunas fotos.

Llevaba un vestido largo, tan hermoso como elegante.

Alejandro se calmó un poco y, tomando la mano de Ana, caminaron hacia el lugar de las fotos.

Cuando llegó el momento de tomar fotos, Ana le pasó su móvil a Alejandro. —¡Toma algunas fotos mías!

Alejandro miró el móvil en sus manos, un destello oscuro cruzó rápidamente por sus ojos negros. ¿Ella no quería una foto juntos?

Cuando levantó la vista de nuevo, Ana ya estaba posando.

Bajo las luces nocturnas, la mujer con un vestido largo rojo, su cabello ondeando con el viento, sonreía radiante, su piel más blanca que la nieve. Era tan hermosa que era difícil apartar la mirada.

El tiempo parecía detenerse en ese momento.

Alejandro la miraba intensamente.

Tomó varias fotos con el móvil.

Mientras tanto, escuchó a otros comentar sobre Ana. —Qué hermosa, ¿es alguna celebridad?

—Si pudiera tener una novia así, me pasaría la vida sonriendo en mis sueños.

Alejandro lanzó una mirada hacia unos hombres cercanos.