Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 32

—Confirmen si alguien está intentando incriminar a mi madre y denle la justicia que realmente merece.

Ana miró a Laura y Carmen con una mirada profunda y severa.

Necesitaba una enorme fuerza de voluntad para controlarse.

Apenas hace un momento, al enfrentar a Carmen, estuvo a punto de perder el control y matarla.

Pero al pensar en su familia y en las abuelas Ruiz y García, entendió que ir a la cárcel por Laura y Carmen haría que su regreso a la vida careciera de sentido.

—¡Tú! —Laura estaba sorprendida.

¿Era esta la misma Anita que solía intentar complacerla en todo?

Carmen estaba a punto de explotar de odio hacia Ana.

No podía permitir que llamaran a la policía.

De repente, se le ocurrió una idea y, con lágrimas en los ojos, miró a Elena. —Ya hemos admitido nuestro error, tía Martínez. Dejemos esto aquí, ¿de acuerdo? Si esto se hace grande, no beneficiará a nadie, ¿verdad? Tía Martínez, por favor, habla con Ana.

El corazón de Elena se sintió herido al ser llamada "tía Martínez".

Sin embargo, sabía que hacer un escándalo de esto no sería bueno para Ana, ya que su relación con la familia González se deterioraría aún más, a pesar de ser sus padres biológicos.

—Ana, dejemos esto así. Acepto sus disculpas y confío en que no volverán a hacer algo así. —dijo Elena con voz suave, tratando de persuadir a Ana.

Eduardo revisó su teléfono y ya había recibido el video de las cámaras del ascensor.

El video mostraba claramente que Laura había sido la que golpeó primero, pero estaba en un ángulo muerto, por lo que no se podía confirmar si había quitado el anillo para incriminar a Elena.

Le envió el video a Ana.

Ana revisó el video que Eduardo le había enviado.

—Ya que Elena ha aceptado las disculpas, dejemos esto así. Anita, sé que todavía estás molesta, que nos guardas rencor por no haberte comprado un coche e incluso por haberte quitado la tarjeta, pero todo esto es por tu bien. Vuelve a casa esta noche, no guardaré rencor por lo que pasó hoy.

Laura se sintió incómoda al ver que Ana siempre defendía a Elena y la trataba a ella con frialdad.

Después de todo, ella era su madre, ¿cómo podía Ana poner a Elena por encima de ella?

......

Era hora del almuerzo, y Elena y Ana se dirigieron al área de descanso de los empleados.

Madre e hija compartían una pizza mientras Elena también recogía la comida del personal.

La comida del Hotel Gran Nobleza era abundante y bien equilibrada, nutritiva y saludable.

—Ana, lo que dijiste a tu madre hace un rato... —Elena recordó la tensa situación anterior y se sintió algo preocupada.

—Solo reconozco a una madre, y es usted. La familia González ya no tiene ninguna relación conmigo. —dijo Ana con voz firme.

—Ana, dime la verdad. ¿Te pasó algo en la familia González? ¿Te maltrataron? —Elena estaba angustiada.

Ana siempre había sido una niña de buen carácter, comprensiva y amable.

Si no hubiera sucedido algo realmente grave, Ana nunca habría tomado una decisión tan drástica.