Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 34

—Ya hemos terminado, Carlos. No me llames más esposa. Ahora verte me da asco. Me haces sentir una repulsión física hacia la palabra "cariño".

Al mirar su rostro, sentía como si sus órganos internos se revolvieran.

El estómago le daba espasmos incontrolables.

El rostro de Ana se tornó aún más pálido.

Carlos, con su atractivo rostro lleno de asombro, preguntó, —¿Cariño, sabes lo que estás diciendo?

¿Por qué había cambiado Ana tan de repente?

Esto no era un simple enojo.

—¡Lárgate!

Ana apretó los labios, pero al final no pudo evitar escupir la palabra con furia.

—Ana, sabes que nunca hablo de terminar fácilmente. Si sigues mencionándolo, ¿no temes que realmente nos separemos? —Carlos había perdido la paciencia.

Estas palabras las gritó con un tono casi de rabia.

—Más te vale no volver a aparecer ante mí. —la voz de Ana estaba cargada de pesadez.

El chico alegre que conoció se había convertido en un hipócrita despreciable. ¡Toda su juventud la había desperdiciado con él!

Ana había decidido esperar. Esperar hasta que su madre volviera a necesitar una gran cantidad de dinero para ver cómo actuaría Carlos entonces.

Carlos respiró hondo y, señalándola, dijo, —¡No te arrepientas!

Luego, se giró y se marchó con grandes zancadas, furioso.

Ana observó cómo Carlos se alejaba corriendo, sintiendo cómo la sensación de asfixia en su pecho empezaba a desaparecer gradualmente.

Esta escena no pasó desapercibida para Alejandro.

Carmen se puso pálida. ¡Había sido ignorada!

En la universidad, era la reina de belleza, con muchos admiradores. Nadie la había ignorado de esa manera.

Laura se apresuró a acercarse, —Carmencita.

—Mamá, ¿crees que el Sr. García no me gusta? Le hablé y me ignoró por completo. —los ojos de Carmen se enrojecieron. Siempre había sido orgullosa y nunca tomaba la iniciativa con los hombres. Esta era la primera vez que lo hacía, y fue completamente ignorada. Era como si le hubieran dado una bofetada.

—Quizás el Sr. García estaba ocupado y no tuvo tiempo de hablar contigo. Su cara no parecía estar bien. Tal vez algo lo hizo enfadar. No te preocupes. Tu papá dijo que en unos días irá a Grupo García para hablar de negocios. Pídele que te lleve. —Laura la consoló.

Con las palabras de su madre, Carmen recuperó su confianza.

——

Una hora después, Carmen encontró la oportunidad de llamar a Carlos.

—¿Viste a Ana? ¿La castigaste por mí? Mi cara aún me duele por la bofetada que me dio. No sé qué le pasó hoy.