Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 351

Ella puede elegir libremente la carrera que más le atrae.

—¿Cómo te encuentras hoy?

Alejandro indagó al acercarse a la cama.

—Hoy me siento bastante mejor. Escuché a Eduardo decir que tú y Ana fueron a navegar, ¿lo disfrutaron? — Sofía expresó con un tono envidioso.

¡Cuánto hubiera querido ser ella quien acompañara a Alejandro en ese viaje en barco!

Alejandro murmuró algo, aparentemente sumido en pensamientos tristes; su aura se percibía densa.

No profundizó en sus emociones sobre la navegación.

Sofía, astuta, captó ciertas señales.

¿Sería posible que hubieran tenido un desacuerdo?

¿No fue un día placentero?

Parpadeó, su rostro reflejando expectativa y envidia. —Nunca he navegado contigo, Alejandro. ¿Podrías llevarme a navegar cuando mejore?

—Tal vez en otro momento; ya es tarde, descansa. —Alejandro respondió con un tono algo distante.

De hecho, Alejandro suele ser reservado, pero hoy Sofía notó claramente que estaba frío y distante.

Incluso delante de ella se reprimió un poco, aunque aún así percibió su mal humor.

Normalmente no era tan curiosa, pero en ese instante, la curiosidad la embargaba.

—¿Estás molesto ahora, Alejandro? ¿Hay algo que puedas compartir conmigo? —Sofía detuvo rápidamente a Alejandro que ya se iba.

Alejandro se detuvo.

Se giró hacia Sofía. —No es nada, duérmete.

Luego se alejó apresuradamente de la habitación.

Sofía observó la puerta cerrada, mordiéndose el labio rojo involuntariamente.

La enfermera a su lado finalmente reaccionó.

Solo podía decir que su relación íntima con ella era muy armoniosa.

Unos minutos después.

Ana percibió claramente que Alejandro había regresado; apenas se había dormido cuando, entre sueños y vigilia, sintió que Alejandro se deslizaba en la cama.

También notó, aún medio dormida, que Alejandro ya no la abrazaba para dormir como antes.

Había una distancia entre ellos.

Una distancia que Alejandro había creado intencionadamente.

Ana de repente se sintió más despierta.

Un pensamiento irrumpió en su mente: quizás su cercanía en estos días le había disgustado.

Tras un breve malestar, su respiración se regularizó y continuó durmiendo.

Mientras dormía, sin saber cuánto tiempo había pasado, de repente sintió que un pecho firme se acercaba a su espalda de nuevo.