Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 389

Dos personas presenciaron el momento en que Diego acababa de golpear a Laura.

El impacto de la bofetada realmente sacudió a Laura, la afectada.

Diego observó su propia mano y luego la mejilla hinchada de Laura a causa del golpe.

—Yo...

—¿Quiénes son ustedes? ¿Qué pretenden? —preguntó Gustavo, furioso, avanzando a grandes pasos.

¿Por qué había periodistas allí?

¡Y encima habían captado esa escena!

Al ver acercarse a Gustavo, el periodista no mostró miedo.—Solo venimos a entrevistar a la señora Laura, queremos saber cómo se está recuperando, por qué no permite que los niños a quienes ha criado desde pequeños la cuiden, sino que deja que una hija biológica que crió fuera regrese a cuidarla.

—¿Acaso la señora Laura teme que los niños que ha criado estén demasiado cansados y, por compasión, piensa que puede usar a los que no crecieron a su lado como le plazca?

—Nos gustaría saber qué piensan ustedes al respecto, especialmente Sergio, como figura pública con tantos seguidores. ¿Esto podría tener un impacto negativo en los valores y la visión del mundo de sus fans?

—Y usted, señor Diego, que acaba de golpear a la señora Laura sin más, ¡eso fue demasiado violento! Ella acaba de ser amputada y es una paciente con una psique muy frágil. ¿Cómo pudo golpearla?

El periodista, implacable, lanzó una serie de preguntas punzantes que alteraron visiblemente el semblante de los presentes.

En particular Gustavo, quien, al llegar frente a ellos, levantó la mano para golpearlos.

El periodista dio un paso atrás y amenazó: —¡Golpear a alguien es ilegal! Capturé la escena de ustedes maltratando a una paciente. Aunque lo nieguen, nadie les creerá.

—¡Fue un malentendido! ¡Mi padre no quiso golpear a mi madre a propósito! —negó Sergio, aterrorizado.

¡Qué mala suerte!

No capturaron la escena en que cuidaban a Laura, pero sí la de su padre golpeando a alguien.

¡El periodista, por supuesto, no les creyó!

Laura, tendida en la cama del hospital, estaba claramente aturdida por el golpe, con el rostro visiblemente hinchado.

¡Era obvio que estaban maltratando a una paciente!

—¡Les aconsejo que sean amables!

Después de exclamar sinceramente, el periodista le hizo una señal al fotógrafo y ambos se retiraron rápidamente de la habitación.

Gustavo intentó detenerlos, pero no lo logró.