Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 416

Esa noche, cuando Ana salió de la ducha.

Descubrió que Alejandro ya se había bañado.

Él estaba secándose el cabello.

Las gotas de agua seguían cayendo de sus mechones.

No llevaba camisa y solo tenía una toalla alrededor de la cintura.

Al ver a Ana salir, la mirada de Alejandro se profundizó sin que ella lo notara, revelando su deseo.

—¿Ha terminado tu período?— preguntó.

Luego se acercó a Ana.

Alejandro era una persona cuya presencia era imposible de ignorar; estaba allí y no necesitaba decir nada para imponer una presión sutil.

A pesar de su aura imponente, su deseo era evidente sin ningún tipo de disimulo.

Ese hombre, que a primera vista parecía frío y austero, tenía un fuerte deseo sexual que ella conocía muy bien.

Desde que comenzaron su relación sexual, nunca había dejado de tocarla cuando estaban en la misma cama.

Ana pensó en cómo era él en la cama, y sintió que sus piernas se debilitaban. —Mi período ha terminado, pero... tengo trabajo que hacer. Primero trabajaré, tú descansa.

Dicho esto, se dirigió hacia la puerta.

Una figura alta se interpuso en su camino.

Él la miró desde arriba, —Primero no querías que nadie supiera que soy tu esposo, ahora no quieres cumplir con tus responsabilidades como esposa. Más te vale tener una buena razón, de lo contrario...

¿De lo contrario qué?

Ana iba a preguntar.

Entonces, él la agarró y la besó de manera posesiva y apasionada.

Al principio, Laura sintió algo de curiosidad, pero luego supo más o menos por qué.

No vendrían si no tuvieran algo que buscarla.

Efectivamente, no se equivocó en su suposición.

Cuando José contó lo que había visto hoy, Laura entendió que querían aprovecharse de ella.

No era que hubieran despertado su conciencia y quisieran venir a hacerle compañía, disfrutando de un momento cálido en familia y teniendo una buena charla.

¡Era simplemente que había esperado demasiado!

—¿Cómo puedes demostrar que esta vez es verdad?— preguntó Diego en voz baja.

Después de haber confundido a tres personas, tuvo que ser cauteloso.

Gustavo también frunció el ceño.