Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 429

Mencionando lo ocurrido en Casa González, Ana habló con frialdad: —Ellos realmente intentaban aprovecharse de mí para luego buscarte y solicitarte ayuda, esperaban que intervinieras para salvar su empresa de los problemas.

La desfachatez de la familia González había llegado a ser excesiva.

Alejandro soltó una risa fría: —Son increíblemente audaces; con sus habilidades, si no hubiera sido por sus negocios ilícitos, jamás habrían crecido tanto. Que estén al borde de la quiebra me parece completamente normal.

—Quizás esto te cause algunos problemas, lo siento.— Ana frunció el ceño, pensando en cómo la familia González continuaba acosándola y cómo su animadversión hacia ellos iba en aumento.

Alejandro parecía imperturbable: —Desde joven, he enfrentado a innumerables que han querido complicarme la vida; no me preocupa en lo absoluto la familia González, no representan un desafío.

Ana sabía que Alejandro decía la verdad. —Gracias.

—Somos esposos, algunas cosas se dan por sentado.— Alejandro la miró profundamente a los ojos.

Ese sentimiento de irritación resurgió en su corazón por el formalismo de su 'gracias'.

Ella se estaba alejando demasiado.

Ana percibió cómo el semblante de Alejandro se oscurecía de repente y no estaba segura de si él estaba molesto.

Si no podía entenderlo, mejor no pensar en ello.

La comida estaba servida, y lo mejor era disfrutarla.

Continuaron cenando en silencio.

Después de la cena, Ana recordó algo que había olvidado entre la multitud de tareas recientes.

Mientras Alejandro lavaba los platos, llamó a Elena.

—Mamá, ¿no es cierto que Francisco iba a traer a su novia a casa estos días?

Habían acordado que ella también debería conocer a la novia de Francisco.

Ella estaba ansiosa por descubrir qué tipo de mujer había conquistado el corazón de Francisco.

Elena respondió entre risas: —Sé que has estado muy ocupada últimamente con el trabajo y todo, por eso no te molesté antes. La novia de Francisco también ha estado ocupada, así que pospusieron la visita para el fin de semana. Te avisaré con tiempo.

Con buenas noticias, el espíritu se aligera; Francisco tenía una novia y Elena ya ansiaba saber cuándo sería la boda.

—No entiendes, es algo natural. Si tú no llevaras nada, yo definitivamente no podría apartar la mirada.— Ana no se quedó atrás.

Temía ese tipo de cuerpo medio cubierto que inspiraba pensamientos distantes.

Alejandro soltó una risa ligera: —¿Y cómo quisieras mirar?

Ana incluso olvidó tragar su saliva, mirando fijamente mientras él se quitaba la toalla de la cintura.

Luego, cada parte de su cuerpo se mostraba clara y sin obstrucciones.

La mirada de Ana se movió involuntariamente hacia abajo.

—¿Te gusta lo que ves? Ana, eres muy tentadora, me das ganas de hacer el amor contigo.— Alejandro agregó.

Ana rápidamente desvió la mirada: —¿Cuándo te he tentado? No digas tonterías.

La experiencia de la noche anterior estaba clara en su mente, ¡ella quería descansar hoy!