Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 435

—Alejandro, gracias.

Alejandro sonríe: —No solo agradezcas con palabras, quiero una muestra de gratitud real.

A pesar de saber que no había nadie alrededor, Ana se sonroja, —Alguien me llama, no podemos seguir hablando, adiós.

Cuelga rápidamente el teléfono.

Ana respira hondo, su corazón no deja de saltar debido a las palabras de Alejandro.

Menos mal que colgó el teléfono a tiempo, realmente no podría ser tan descarada como para coquetear con Alejandro mientras hablan por teléfono.

—

Alejandro mira su móvil desconcertado por la llamada abruptamente cortada, sus labios finos se curvan ligeramente.

Sus cejas severas se suavizan un poco.

Eduardo, que acaba de bajar del avión y regresar al trabajo, ve la sonrisa en el rostro de su jefe y siente un escalofrío.

¡Definitivamente había algo mal con sus oídos!

¡Lo había escuchado mal!

Sí, eso es, ¿cómo podría su jefe decir algo tan coqueto?

Solo han pasado unos días y la relación entre el jefe y Señorita Ana ha avanzado a pasos agigantados.

Alejandro echa un vistazo al preocupado Eduardo, —¿Todo en orden con lo de Sofía?

Esa pregunta hace que Eduardo vuelva en sí, ¡su jefe no ha cambiado! Sigue siendo ese líder cuya sola palabra puede ser intimidante.

Se endereza de inmediato, —Todo está arreglado, Señorita Sofía dijo que regresará después de la ceremonia de graduación.

—Ve a informarte sobre el asunto de la familia González, sigue de cerca eso.

Comparada con la última vez que se vieron, Beatriz parece notablemente más bronceada, desinteresada en protegerse del sol a pesar de su estatus como Señora Campos, trabajando como asistente que lleva agua a una estrella.

Leticia no entiende a Beatriz.

En ese momento, Beatriz, como si se diera cuenta, sintió que alguien la miraba y de inmediato miró en la dirección de esa sensación.

Al ver a Leticia, se mostró algo sorprendida.

¿Es un día laboral, acaso Leticia no trabaja?

Miró a Mauricio; parece que la escena aún tardará un rato en terminarse, así que caminó hacia Leticia.

Al ver que Beatriz se acercaba, el celo dentro de Leticia se agitaba violentamente, ¿en qué era ella inferior a Beatriz?

—Te recuerdo, tú eres la asistente del presidente Campos, ¿verdad?