Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 439

Beatriz ha crecido junto a Bryan desde la infancia y conoce muy bien las señales que indican que él está a punto de enfadarse.

Ahora, está evidente que él está muy enojado.

¡Y las consecuencias de su enojo siempre son graves!

—¿No es suficiente con mi promesa?— Beatriz se acercó y abrazó a Bryan. Hacía mucho que no mantenían relaciones íntimas y ella estaba realmente ansiosa por esta noche.

¡Pero qué mala suerte!

—Te llevaré.

Bryan se calmó tras respirar hondo.

En realidad, también quería ver cómo trabajaba Beatriz y si ese Mauricio tenía alguna intención hacia Bea.

Beatriz no esperaba que Bryan se ofreciera a llevarla.

Parece que había algunas razones detrás de sus mentiras anteriores, pero ella decidió que no era necesario preocuparse demasiado por eso, mejor dejar que las cosas fluyeran naturalmente. Ahora, parece que él se preocupa por ella como siempre.

—Cariño, ¡te amo tanto!

Bryan acarició la cabeza de Beatriz. —Espera unos minutos, voy a cambiarme de ropa.

—¡Mmm!

—

Ana llegó primero a La Villa Estrella del Mar.

Alejandro tenía una videoconferencia internacional ese día y necesitaba estar en la oficina. No estaba seguro de cuándo volvería y podría quedarse a dormir en el hotel frente a su empresa.

Ella preparó una cena sencilla.

Después de cenar, comenzó a procesar pedidos.

Se habían acumulado muchos en los últimos días.

Entonces también recordó algo que había discutido con Elena anteriormente y decidió empezar a trabajar en ello.

Sin darse cuenta, el tiempo pasó y Ana se quedó dormida profundamente.

En medio de un sueño ligero, sintió que alguien se metía en la cama.

Es una de las pocas villas de lujo en la ciudad A.

No está lejos de Casa Campos.

Llegaron en coche en poco tiempo.

Al llegar, Beatriz bajó rápidamente del coche, se despidió de Bryan con un —adiós, cariño— y corrió hacia la entrada.

Justo entonces, Mauricio también acababa de llegar.

Vio a Beatriz salir de un coche de lujo de edición limitada.

Al mismo tiempo, notó a un hombre en el coche con una mirada extremadamente aguda cuando bajaba la ventana.

—¡Señor Mauricio!

Mauricio desvió la mirada hacia Beatriz y sonrió: —No hace falta que corras.

—¿Ese es tu marido?— Bruno, con gran percepción, lo notó.