Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 441

Incluso Alejandro estaba algo conmocionado.

La mujer frente a él había hecho que perdiera el control durante el sexo con tanta facilidad que hoy había caído en un estado aún más incontrolable, y tardó mucho en calmarse.

Ana se retiró al baño después de terminar.

Durante el desayuno, Ana no podía mirar a Alejandro.

Después de desayunar rápidamente, cogió su bolso y le dijo a Alejandro: —Me voy a trabajar.

—Te llevo,— dijo Alejandro de repente.

Su voz aún llevaba la ronquera de la locura de la mañana.

Era profunda y sexy.

El corazón de Ana tembló. —No hace falta, iré conduciendo.

—¿Puedes siquiera pisar el acelerador?— preguntó Alejandro con una sonrisa.

Ana había dado apenas unos pasos, que parecían como si estuviera sobre algodón, y se volvió a mirar a Alejandro con enojo. —¡Todo es tu culpa!

¡Hacer el amor por la mañana!

—Así que estoy asumiendo la responsabilidad activamente. Espera tres minutos,— respondió Alejandro, con una alegría apenas oculta en su tono.

Minutos después, Ana subió al coche de Alejandro.

El conductor ya estaba esperando fuera.

Afortunadamente, con el conductor presente, Ana no tenía que soportar una interacción incómoda a solas con Alejandro.

Sin embargo, Alejandro tomó su mano tan pronto como subieron al coche.

Entrelazaron los dedos.

La palma de su mano estaba ligeramente caliente, mientras que la de ella estaba algo fría, pero gradualmente se calentó con su temperatura.

El corazón de Ana latía rápido todo el tiempo.

Sentía que sus emociones se estaban volviendo cada vez más incontrolables.

El conductor, al presenciar esta escena, sonrió para sí mismo: la relación entre el presidente García y la señora García es visiblemente cada vez mejor; nunca antes había visto al presidente García tan atento y considerado con ninguna mujer.

Si Eduardo lo viera, seguro que no podría mantener la compostura como ahora.

—

El asunto de la familia González, después de dos días de desarrollos, se ha hecho de conocimiento público.

Justo ahora, Gustavo anunció la bancarrota del Grupo González.

Al mismo tiempo que se declararon en quiebra, también enfrentan una enorme deuda, con acreedores que vienen a cobrar.

La familia González se vio obligada a liquidar todos sus activos.

Apenas Gustavo anunció la bancarrota, la policía lo llevó para cooperar en una investigación, causando un gran revuelo y sumando más caos a la ya tumultuosa Casa González.

En los exteriores de la Casa González, se congrega mucha gente: periodistas, empleados de la empresa y acreedores.

Con Gustavo ausente, en la casa solo quedan José, Sergio y Carmen, además de Laura, que está paralizada en la cama, y los sirvientes tampoco aparecen, ya que no han recibido su salario y han decidido no trabajar.