Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 445

—Disfruten esto un momento.— Ana sonríe fríamente y da clic en reproducir.

De repente, la imagen en la pantalla aparece claramente ante los tres.

Las palabras obscenas e inimaginables se suceden una tras otra, desafiando la percepción de José y Sergio.

¡La hermana que ellos conocían por ser obediente y sensata estaba haciendo eso!

Al ver esto, Carmen tiembla violentamente y grita con toda su fuerza: —¡Ana!

—¡Esto es falso! José, Sergio, escúchenme, todo es falso. ¡Ana hizo que alguien creara este vídeo!

—¡Todo es falso! ¡Ana, eres demasiado cruel! ¿Cómo pudiste hacer un vídeo falso?

—¿Falso? Esto es real... Si fuera falso, lo habría notado de inmediato. ¿Cómo es que también está Carlos? Carlos incluso grabó un vídeo tuyo con esos hombres. Tú... Carmen, nos has engañado.— Sergio mira fijamente el teléfono, sin perder ni una imagen.

¡Impacto!

¡Vergüenza!

En un breve lapso de tiempo, Sergio tiene miles de pensamientos.

De repente, mira a José, visiblemente conmocionado: —José, ¿ya lo sabías? Tú... ¿cómo puedes aceptar esto?

Ana, al ver que el vídeo ha terminado, abre otro, un fragmento donde Carmen consume drogas con otros.

Un grupo de hombres rodea a Carmen, todos consumiendo esa droga que induce alucinaciones.

Carmen, bailando frenéticamente en la pista de baile, hace que el rostro de José palidezca aún más, y Sergio casi se sale de sus órbitas.

El cuerpo de Carmen se mece violentamente y, sin fuerzas, se sienta en el suelo.

Ana baja la ventana del coche, mira fríamente a los tres y dice: —Si envío este vídeo a la policía, Carmen, podrías terminar en prisión con tu padre. Y ustedes dos, no me molesten más, me repugnáis.

¡Todo es verdad!

¡Todo!

Sergio está en shock; cada fragmento del vídeo parpadea en su mente.

Ella es la hermana menor que vieron crecer desde pequeños, siempre la han protegido, cuidándola incondicionalmente en todo lo que hace. Incluso cuando su hermana Ana volvió a casa, sintieron que no podían ser tan buenos con Ana; tenían que ser mejores con Carmen.

¡Y así es como Carmen les paga!

¡Ella es más perturbadora que la actriz más liberal que él conoce en la industria del entretenimiento!

—Carmen, vete, vete lo más lejos posible. No quiero verte. De ahora en adelante, no tienes ninguna relación con nuestra familia González. Verte me da asco.— José grita a Carmen.

Carmen tiembla, pálida de miedo; las lágrimas cubren su rostro: —No es verdad, no es así. Esto es falso. Ana me está perjudicando. ¿No me han creído siempre? ¿Por qué ahora no me creen?