Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 450

¿Cómo ha llegado esto a ser tendencia tan rápido?

Solo han pasado unas horas desde que sucedió el evento.

Después de terminar la llamada con Francisco, ella llamó a Manuel, ambos preocupados por el acoso que podría estar sufriendo ella por parte de la familia González.

Ana miraba su teléfono ligeramente distraída.

Cuando volvió en sí, se dio cuenta de que Alejandro la estaba observando.

Recordando que hace poco estaban prácticamente abrazados mientras escuchaban el concierto, un calor suave se extendió por su pecho.

—¿La familia González todavía se atreve a molestarte?— preguntó Alejandro con una voz claramente fría.

—La familia González se ha declarado en bancarrota, no pueden aceptarlo por el momento. Esta tarde efectivamente me buscaron, pero ahora probablemente lo lamenten mucho—, dijo Ana con claridad.

Ella no es una persona indulgente, capaz de perdonar a quienes la han herido.

Y menos aún cuando se trata de la gente de la familia González.

No fue en vano el dinero que gastó en contratar a un detective privado.

Alejandro miraba a Ana con una expresión sombría. —Puedes hacer lo que quieras, los métodos demasiado suaves no los disuadirán.

En sus ojos, Ana todavía es demasiado bondadosa.

Ante personas despreciables y sin moralidad, lo mejor es usar los métodos más severos.

En el mundo de los negocios, hay personas mucho más viles que la familia González.

Sin embargo, cómo él los disuadió con sus métodos es algo que prefiere no contarle a ella.

Ana asintió pensativa.

Alejandro observó cómo la influencia de la gente de la familia González afectaba un poco el ánimo de Ana, sintiendo un peso en el pecho.

Las luces de neón de la ventana se reflejaban en el auto.

Él cerró la puerta firmemente, como si Carmen fuera algo repulsivo, sin querer dejarla acercarse, mucho menos permitir que ensuciara ese lugar.

—¿Embarazada de mi hijo? Carmen, realmente no esperaba que te atrevieras a decir algo así, a decir esa mentira. Hemos tenido relaciones sexuales solo unas pocas veces, y siempre tomé precauciones; usé los condones que compré yo mismo y los revisé detenidamente después de usarlos. ¡Es imposible que estés embarazada! Si estás embarazada, definitivamente es de otro hombre. ¡Has tenido relaciones sexuales con tantos hombres; ve y averigua quién es el padre del niño que llevas en tu vientre!

Carmen, con lágrimas en los ojos y una expresión que inspiraba lástima, sabía muy bien cómo utilizar este método. —José, soy tu hermanita a la que has querido desde que éramos niños, ¿cómo puedes no creerme? Esos videos son todos falsos, completamente falsos. José, ¿por favor no me crees? ¡No he tenido relaciones sexuales con otros hombres, solo contigo!

Parecía estar diciendo la verdad con esa expresión de angustia.

Como si las personas que la acusaban fueran estúpidas.

José no se sentía fácil de engañar; Carmen era una excelente actriz. Él se rió fríamente: —¡No te creo! ¡Lárgate!

Le dio una patada furiosa.

Carmen cayó de manera humillante.

Justo cuando intentaba levantarse para defenderse, José cerró la puerta de un golpe.