Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 562

Beatriz no se dio cuenta de que alguien la seguía.

Tras el cierre del ascensor, observó cómo ascendía hasta su piso.

Pronto llegó a la puerta de su casa y, justo cuando estaba a punto de entrar, sonó su teléfono.

—¿Hola? Señor Mauricio,— respondió Beatriz con un tono despreocupado.

Desde el otro lado de la línea, Mauricio preguntó, —¿Ya llegaste a casa?

Con una sonrisa, Beatriz contestó: —Acabo de llegar, pero no te preocupes, hay seguridad en el edificio, señor Mauricio.

Ella bromeaba.

Mauricio era de esas personas que lograban hacerte sentir protegido en cualquier momento y lugar.

A pesar de sus propias lesiones, había insistido en llevarla a casa y ahora la llamaba.

Un ídolo tan dedicado, merecía toda la admiración que ella le había profesado durante años.

Mauricio soltó una risa suave: —Me alegro, descansa bien.

—Haré justo eso, señor Mauricio,— afirmó Beatriz inmediatamente.

Incluso después de colgar, Beatriz podía seguir oyendo la risa de Mauricio.

Realmente había disfrutado el día con todos.

Desde su graduación, raras veces había tenido la oportunidad de disfrutar de tal atmósfera.

Entró en su casa y justo cuando cerraba la puerta, una figura impidió que se cerrara completamente.

Se asustó y estaba a punto de gritar para pedir ayuda a los vecinos.

A esas horas, la mayoría de las personas seguro estarían en casa.

—Soy yo.

La voz hizo que la sangre en el cuerpo de Beatriz se congelara de repente.

Esta idea era casi incontrolable.

—No creo que necesitemos hablar, todo lo que tenía que decir ya lo dije antes, y los asuntos de nuestro divorcio los he dejado en manos de los abogados. Si quieres hablar de que Leticia vino a verme hoy, también dejé eso claro por teléfono. Dile a Leticia que se tranquilice, yo no soy un obstáculo entre ustedes. Y aunque hoy no hubieras venido por Leticia, sino por otra mujer, no me importaría, soy muy generosa, y por nuestra amistad desde la infancia, te felicitaría.

Beatriz, impulsada por el alcohol, dijo muchas cosas.

Pero realmente se sentía dolida y agraviada.

Hasta hoy, Bryan seguía siendo tan dominante.

¿Realmente parecía alguien a quien se le pudiera pisotear?

La vena en la frente de Bryan saltó, —No habrá más Leticia en mi vida, ni ninguna otra mujer. Mi esposa solo puedes ser tú, y solo tú. Bea, hay cosas que podemos aclarar, no fue mi intención ser infiel.

—¿No fue tu intención ser infiel? ¿Fue Leticia quien te sedujo? ¿Simplemente no pudiste resistir su tentación y entonces tuviste un encuentro con ella? Bryan, no me trates de esa manera. Desde niña quizás no fui la más lista, pero no soy una tonta, puedo distinguir entre la verdad y las mentiras. ¿Quieres decirme que tu cuerpo fue infiel, pero tu corazón no? Bryan, realmente me haces sentir asco,— gritó Beatriz, con los ojos rojos de ira.

El rostro de Bryan se tensó, —Bea, cálmate, no niego que fui infiel, pero todo esto podría ser una trampa de Leticia.