Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 595

Cuando Sofía vio a Ana y a Alejandro comiendo nueces y viendo un programa de variedades con Doña García, se quedó petrificada.

¿Esto era lo importante de lo que hablaba Alejandro?

Sujetó con firmeza la elegante bolsa de compras que llevaba.

—¿Sofita? ¿Cuándo regresaste? Ven aquí para que te vea.

La abuela García levantó la vista, vio a Sofía y a Salvador, y les hizo señas a Sofía.

Sofía volvió en sí, sonrió y se acercó, —Doña García.

Ana, junto con la abuela García, también miró hacia allá y cruzó la mirada con Sofía, sonriendo levemente en señal de reconocimiento.

La sonrisa en el rostro de Sofía se volvió algo rígida.

Sabía que fue Doña García quien presentó a Ana a Alejito, y estaba claro que Doña García estaba muy contenta con Ana.

Pero eso era todo lo que sabía, nunca las había visto juntas. Después de verlas hoy, descubrió que la temida Doña García, cuando estaba con Ana, parecía una anciana amable como cualquier otra.

Ante Doña García, Ana actuaba con total naturalidad.

Era como si la Casa García, a la que Sofía temía acercarse demasiado, fuera un hogar donde Ana podía comportarse con total libertad.

Cuanto más lo pensaba, más incómoda se sentía.

—¿Doña García no me vio? Hace poco vine a visitarla,— dijo Salvador mientras caminaba hacia ellas con una expresión alegre.

De reojo, echó un vistazo a Alejandro, que estaba sentado con Ana.

Cuando Ana y Doña García conversaban animadamente, la expresión en el rostro de Alejandro era una calidez que Salvador nunca había visto.

Esa situación definitivamente indicaba que Alejandro le gustaba mucho Ana.

Alejandro también lanzó una mirada a Salvador.

Una mirada que llevaba un toque de frialdad.

A pesar de su comentario, procedió a abrir la bolsa y sacó una caja de joyería.

Al abrir la caja, un collar de diamantes brillantes capturó la atención de todos.

Era, ciertamente, un diseño que gustaría a muchas mujeres jóvenes.

Doña García sonrió y dijo: —Sofita tiene buen gusto, me gusta mucho.

—¿Quieres que te ayude a ponértelo para ver cómo te queda?— preguntó Sofía con cuidado.

Ella también quería ser del agrado de Doña García.

Especialmente ahora, quería demostrarle que podía hacer todo lo que Ana hacía.

Y más aún, quería que Alejito lo supiera.

Doña García respondió con una sonrisa: —Hoy ya llevo puesto un collar, no hace falta que me pruebe este ahora. Ya que todos vinieron a visitarme, vamos a charlar y comer juntos al mediodía aquí en Casa García. Ha pasado mucho tiempo desde que probaste la comida del cocinero de Casa García, quédate a probarla hoy.