Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 60

Después de que Carlos Fernández emitiera la declaración.

En línea, se desató una nueva ola de críticas contra Ana.

El tema más popular era que Ana debería internarse en un hospital psiquiátrico.

Incluso trajeron a varios profesionales que le colgaron la etiqueta de delirante, afirmando que amaba tanto a su novio que cualquier mujer cerca de él se convertía en su enemiga imaginaria. Según ellos, esta situación requería la intervención de un psicólogo.

Estos "expertos" aparecieron casi inmediatamente después de la declaración de Carlos.

El tema se volvió viral en las redes sociales de la ciudad.

Alejandro, sentado en su coche, revisaba su teléfono. Aunque el conductor manejaba, podía sentir la pesada atmósfera en el vehículo y ni siquiera se atrevía a respirar fuerte.

Eduardo, quien acababa de subir al coche, notó de inmediato el mal humor de su jefe.

Su mirada cayó rápidamente en la pantalla del teléfono de Alejandro.

—Señor García, acabo de ver que en línea hay varios supuestos expertos difundiendo información falsa. Mi sentido de justicia se activó y no pude soportar que la gente sea engañada, así que encontré la manera de exponer a esos "expertos". En menos de una hora, sus empresas asociadas emitirán declaraciones y ellos no tendrán más oportunidades para decir tonterías.

'Esos idiotas no saben nada.'

'Solo están hablando basura porque la familia González les pagó.'

Alejandro apagó la pantalla de su teléfono, abrió la ventana del coche y encendió un cigarrillo.

Alejandro pensaba que tal vez estaba invirtiendo demasiada energía en el asunto de Ana, lo que podría dar lugar a malentendidos innecesarios.

Después de unos minutos de reflexión, se dirigió a Eduardo con el rostro serio, —No es necesario hacer grandes movimientos, solo calma los rumores en línea.

Eduardo se quedó perplejo. ¿Acaso el jefe había decidido no ayudar a Ana?

Esta vez, su tono no era tan altanero como antes.

—La situación ha llegado a este punto, sé que estás sufriendo. Deberías culpar a tu novio por esto; él causó todos los problemas. Carmen no tiene la culpa. Debes disculparte. Después de que te disculpes en tus redes sociales, encontraremos la manera de bajar la intensidad de la situación. Luego te enviaremos al extranjero a estudiar. Cuando regreses, tendrás la experiencia de haber estudiado en el extranjero, y tu padre te dará un puesto en la empresa. Te arreglaremos un buen matrimonio. No perderás nada, solo sufrirás un poco ahora.

Ana sintió ganas de reír y soltó una carcajada.

—¿De qué te ríes? —preguntó Laura.

—Me río de lo delirante que son ustedes. —respondió Ana.

—¡Ana, eres muy maleducada! ¿Quién te enseñó a hablarle así a tu madre? —Laura la reprendió con enojo.

Tres veces había discutido con ellos, siempre provocándolos con palabras, y a menudo enfurecía a Laura. ¿Acaso no temía que la familia González emitiera un comunicado para desvincularse de ella?

Ana golpeó suavemente el volante con los dedos. —Es Carmen quien ha llevado las cosas demasiado lejos. Y usted, señora Martínez, es incapaz de distinguir el bien del mal. La palabra "educación" no tiene ni rastro en la familia González. Usarla para insultarme, ¿no le parece ridículo? Dígale a Carmen que si sigue jugando con fuego, acabará quemándose. Veamos cómo maneja eso.