Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 641

Don Fernando le lanzó una mirada fría a Pablo. —Tu intención es demasiado obvia; deja de mirar a Anita y busca a otras mujeres para divertirte.

—¿Cuán joven crees que soy? ¿Acaso deseas nietos ya? He calculado que podrías esperar unos diez o veinte años. Tómatelo con calma, no te apresures,— bromeó Pablo.

—¡Lárgate! No me importa si te quedas soltero toda tu vida,— replicó Don Fernando, rodando los ojos.

El nieto de Don Fernando no era gran cosa, y menos aún pensaba en bisnietos.

Pablo soltó una carcajada. —Estar soltero toda la vida es imposible; soy muy atractivo, muchas mujeres desean ser mis novias. Solo que me gusta alguien como Ana. Si encontrara a alguien como ella, te aseguro que me casaría con ella.

—No te preocupes, no hay otra Ana,— resopló Don Fernando.

Pablo frunció el labio. —Me voy a trabajar.

Hablar con ancianos definitivamente generaba un gran desfase generacional. No quería seguir con la conversación.

—

Ana y Alejandro llegaron al estacionamiento.

En el camino, se encontraron con un colega que mostró curiosidad por Alejandro.

Ana lo presentó únicamente como su novio.

Al llegar al estacionamiento y al abrir la puerta del coche, Alejandro miró fijamente a Ana y preguntó: —¿Por qué me presentaste como tu novio?

Ella parecía no haberse acostumbrado aún a que él era su esposo.

Ana abrió la puerta del copiloto y, al oír la pregunta de Alejandro, restó importancia al asunto. —Mis colegas aún no saben que estoy casada, y nunca lo mencioné. Si te presento como mi esposo, podría parecer demasiado abrupto.

—La próxima vez puedes presentarme como tu esposo,— propuso Alejandro mientras sacaba unos documentos del asiento del copiloto, enfatizando la palabra "esposo".

Ana sonrió. —Está bien.

La próxima vez, sin duda lo presentaría como su esposo.

Alejandro la atrajo hacia él y la besó con pasión.

Desde que la había visto a través del cristal, había deseado besarla.

Ella era su mujer.

No muy lejos.

Dentro de un coche.

Carlos observaba con furia a la pareja besándose como si nadie más existiera.

¡Esa era su mujer!

Alejandro era detestable por acaparar a su mujer.

En otro coche, una cámara con un teleobjetivo capturó la escena.

La foto fue enviada inmediatamente a Kenia.

Al ver la foto, Kenia frunció el ceño y llamó a Narciso. —Parece que Alejito realmente ama a Ana.

Narciso, con el rostro sombrío, contestó, —Un hombre no puede amar a una mujer para siempre; ahora solo es por la novedad. Aunque realmente la ame, no podemos apoyar su relación.

—Acabo de enterarme de algo, Ana tiene un exnovio que podríamos usar,— sugirió Kenia con astucia.