Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 650

Justo cuando Ana estaba a punto de golpear a "Carlos".

De repente, la persona tendida en la cama habló: —Soy yo.

—¿Alejandro?— preguntó Ana, sorprendida.

Alejandro asintió levemente. —Duerme tranquila.

Ana suspiró aliviada. —¿No te ibas de viaje de negocios y volvías en un par de días? ¿Cómo es que regresaste hoy?

Despertada a medianoche, Ana había perdido gran parte de su sueño por el susto.

Alejandro la abrazó. —Terminé el trabajo antes de lo previsto, acabo de bajar del avión hace poco.

—Está bien, descansa.— Tras decir eso, Ana no continuó hablando.

Habiendo tomado un vuelo y regresado a casa a medianoche, Alejandro debía estar muy cansado.

Sin embargo...

Ana no sabía si era una ilusión, pero ¿por qué sentía que Alejandro estaba algo preocupado esa noche?

No obstante, era solo su percepción.

Quizás solo era que Alejandro estaba realmente agotado.

En el cálido abrazo de Alejandro, Ana volvió a dormirse rápidamente.

Alejandro también se quedó dormido enseguida.

A la mañana siguiente, al despertar, Ana vio a Alejandro a su lado y confirmó que lo sucedido a medianoche no había sido un sueño.

Alejandro ya estaba despierto cuando Ana se levantó.

Él, observando cómo ella intentaba salir de la habitación en puntillas, dijo: —Vamos a desayunar juntos esta mañana; conozco un lugar que es bastante bueno.

Ana se detuvo y lo miró. —¿No vas a seguir descansando?

—No es necesario,— respondió él.

Alejandro también se levantó de la cama.

Llevaba puesta la misma ropa de casa que ella, a juego.

En el camino, quedaron en reunirse por la noche para ir a Casa García.

Más de media hora después, Alejandro llegó a la empresa.

Cuando Alejandro y Eduardo entraron al ascensor y las puertas estaban a punto de cerrarse, de repente se abrieron.

Una figura familiar corrió rápidamente hacia dentro.

Eduardo se sorprendió al ver a la persona que entraba. —Señorita Sofía, ¿usted aquí?

Si no fuera en la empresa, sino en otro lugar, Eduardo no estaría tan sorprendido.

Ahora, al ver a Sofía, Eduardo estaba muy impactado.

Alejandro, al ver a Sofía, arqueó ligeramente las cejas.

Sofía, con una sonrisa radiante, mostró algo de sorpresa: —No me esperaba que hoy, en mi primer día de trabajo, me encontrara con ustedes.

—¿Primer día de trabajo?— Eduardo se sorprendió aún más.

¿Será que lo había organizado el jefe?