Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 659

En la ciudad A, es bien sabido que a Ignacio no le interesan especialmente las mujeres, aunque no faltan bellas como Ana a su alrededor.

Ana, por su parte, probablemente no querría ni despreciaría ser una más del círculo femenino que rodea a Ignacio.

Narciso se ríe con desdén: —Suena increíble, ¿no es así? Tal vez Ignacio solo busca una excusa para alejarme, podría ser que él también esté interesado en Ana.

—No es tan extraño que él se interese; después de todo, si Alejandro valora tanto a Ana, eso demuestra que ella no es simplemente la ignorante chica del campo que pensamos. —afirma Kenia.

Narciso, con una expresión helada, responde: —No importa cuán sencilla sea, su estatus no es el adecuado para convertirse en la nuera de la familia García. Si Ignacio ya ha rechazado, significa que definitivamente no aceptará este arreglo, pero tampoco divulgará nuestra conversación. Buscaremos a otra persona; si no fuera porque temo que Alejandro se dé cuenta, usar a alguien de la familia García sería lo más conveniente; no necesitaríamos a Ignacio. Una simple Ana y resulta ser tan difícil de manejar.

De las palabras de Narciso, es evidente su creciente disgusto hacia Ana.

Kenia también percibe que la situación es más problemática de lo esperado.

No, debería decir que Ana es más problemática de lo esperado.

Recordando cómo Ana había enfrentado la situación con tanta calma ese día, Kenia de repente tiene un mal presentimiento.

Parece que, hagan lo que hagan, no podrán separar a Alejandro de Ana.

—Los demás no son tan confiables como Ignacio. —dice Kenia con seriedad.

Una realidad innegable.

De lo contrario, Narciso no habría llamado personalmente a Ignacio.

Narciso frunce el ceño: —Una simple mujer y resulta ser tan problemática.

—Si no funciona, buscaré a alguien del extranjero, intentaré que no deje rastro. —propone Kenia tras reflexionar.

Después de pensarlo, Narciso asiente: —Es factible.

...

Cuando Ana regresa a La Villa Estrella del Mar, justo se encuentra con Alejandro, quien también acababa de llegar.

—¿Tú también acabas de llegar? —pregunta Ana, algo sorprendida.

—¿Estuviste tan ocupado que no cenaste? —pregunta Ana con hesitación.

Ella también tiene algo de hambre.

Era la primera vez que comía en Casa Ferreira, y naturalmente no pudo comer mucho.

—Olvidé comer.

Ana sonríe: —Está bien, yo tampoco comí mucho en Casa Ferreira, también tengo algo de hambre. Voy a preparar un par de tazones de ramen instantáneo.

Ya es muy tarde, cocinar algo tomaría mucho tiempo y ya sería de madrugada cuando estuviera listo para comer.

—De acuerdo.

Alejandro y Ana se dirigieron juntos a la cocina.

Al ver que Ana saca dos tazones de ramen instantáneo de un armario, Alejandro alza una ceja, mostrando una leve sonrisa en los labios: —¿Cuándo compraste el ramen?