Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 678

No era el asiento que había elegido inicialmente.

De acuerdo con las políticas de la compañía, Mauricio viajaba en primera clase mientras que ella y Bruno lo hacían en clase ejecutiva. Sus asientos estaban juntos.

Por lo general, Mauricio les permitía adquirir billetes de primera clase.

Sin embargo, esta vez, solo quedaba un asiento en esa categoría.

—¿Por qué miras el billete de avión como si estuvieras soñando despierta?

Tras facturar el equipaje, Bruno observó a Beatriz, quien permanecía inmóvil y le preguntó.

Beatriz le mostró el billete a Bruno: —¿Crees que la aerolínea cometió un error?

Bruno examinó detenidamente el billete: —Las aerolíneas no suelen cometer este tipo de errores; alguien te ha dado un ascenso de clase.

¿Alguien la había ascendido de clase?

Beatriz estaba perpleja.

Bruno le dio una palmadita en el hombro: —Tienes suerte, tal vez fue un error operativo y terminaron dándote un ascenso. Probablemente alguien canceló su billete después de que nosotros compráramos los nuestros, de otro modo no habrías podido ascender.

Beatriz reflexionó y consideró que era posible.

A veces, también tenía suerte.

Al pasar por una estación de lotería, ocasionalmente ganaba tres o cuatro dólares raspando un boleto de uno o dos dólares.

Así que no le dio más vueltas al asunto.

Cuando Mauricio se enteró del ascenso de Beatriz, comentó sonriendo: —Bruno, pregunta en la aerolínea si hay un lugar disponible para que te asciendan.

Bruno tardó en reaccionar: —Cierto, ¿cómo no se me ocurrió antes?

Llamó a la aerolínea.

Pero se decepcionó: —No hay lugares disponibles, no importa, son solo tres horas, dormiré un rato y ya habremos llegado.

Beatriz lo pensó un momento: —Bruno, toma mi lugar.

Bruno había estado muy ocupado esos días; muchos de los asuntos del evento requerían que él negociara con las personas, estaba mucho más cansado que ella.

Bruno hizo un gesto con la mano: —Soy un hombre grande; puedo aguantar sentado en un asiento duro de tren por un día y una noche sin problemas, esto no es nada, no soy tan delicado.

Bryan la miraba sonriendo, sorprendido por su asombro: —¿Te sorprende?

Beatriz se sintió confundida y algo nerviosa, pero intentó sonreír y negó con la cabeza: —No, no me sorprende.

No era suerte, Bryan le había dado el ascenso de clase.

Debería haberlo sospechado.

En ese momento, Mauricio se giró repentinamente: —Hola, ¿puedo hablar contigo...?

Antes de terminar, al ver a Bryan, Mauricio se detuvo, su mirada penetrante se fijó en Bryan por un momento antes de volver a Beatriz: —Voy a descansar, llámame si necesitas algo.

Beatriz asintió en respuesta.

Durante el intercambio de miradas entre Bryan y Mauricio, la atmósfera se tensó.

Parecía que no tenían nada en común.

Pero bajo la superficie, las tensiones eran palpables y claramente no se llevaban bien.

Beatriz no se dio cuenta de que había algo pesado e indefinido en su pecho, como si la estuviera oprimiendo.