Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 679

El avión despegó con rapidez.

Los días subsiguientes estuvieron marcados por numerosas corrientes de aire, provocando turbulencias.

Beatriz se sintió algo incómoda, aunque Bryan estaba a su lado, hablándole con su acostumbrada voz cálida: —No temas, estoy aquí contigo.

Al escuchar esas palabras familiares, se encontró en un entorno conocido.

Hubo un momento en el que Beatriz pensó que estaba soñando.

Se relajó por completo.

Su expresión se suavizó mientras asentía a Bryan: —Está bien.

Y, como en el pasado, añadió: —No tengo miedo.

En los ojos de Bryan se reflejaba una cierta sorpresa; haber esperado todo el día y tomar la decisión de volver juntos había sido acertado. Los problemas entre ellos se disiparían gradualmente y, eventualmente, no afectarían a ninguno de los dos.

—Traje un libro, ¿quieres leerlo?

Una vez que el vuelo se estabilizó, Bryan sacó un libro.

Beatriz bajó la vista y vio que era una novela, precisamente del tipo que le gustaba leer, una de esas historias románticas donde un presidente se enamora perdidamente.

Las chicas siempre disfrutan soñando con lo impracticable.

Los amores en los sueños son intensos y conmovedores.

Después de tantos años conociendo y amando a Bryan, él probablemente conocía sus gustos incluso mejor que ella misma.

El uso del celular en el avión le irritaba los ojos, pero leer un libro no.

—Gracias. —dijo Beatriz, tomando el libro.

Parecía haber perdido el interés en ese tipo de libros durante un tiempo.

Esas historias románticas que antes la encantaban, y que tenían un amor tan dulce como el de las novelas, siempre le hacían pensar que el mundo de los libros podría hacerse realidad.

Pero últimamente...

Ya no le gustaba soñar.

Al ver la portada del libro, donde un hombre y una mujer se abrazaban, pensó que probablemente no podría concentrarse en la lectura.

Una vez que la confianza entre dos personas se desmorona, es difícil reconstruirla.

Ella probablemente era algo caprichosa y egoísta.

Mauricio, sentado en el asiento delantero, ocasionalmente escuchaba su conversación.

Él también percibió que la atmósfera entre ellos no era la típica de un matrimonio.

Entendió que Bryan debió haber hecho algo para que Beatriz, a pesar de no tolerar errores, se forzara a enfrentarse e incluso a complacerlo.

Las tres horas de vuelo parecieron más largas que nunca.

Beatriz realmente no podía seguir fingiendo, reconocía cada palabra del libro, pero aunque las veía, no las procesaba; su mente parecía estar llena de pasta, turbia y pesada.

Hasta que bajaron del avión.

Cuando Bryan tomó su mano.

Ella intentó retirarla rígidamente, pero él la agarró firmemente, y en ese momento, ella tuvo una epifanía.