Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 704

El rostro de Ana estaba muy sonrojado.

¡Qué vergüenza!

Le lanzó una mirada a Alejandro. —¿Cómo puedes besarme así de repente, sin considerar dónde estamos?

Alejandro, con los ojos medio cerrados y un dejo de deseo en su voz profunda, respondió: —Eres mi esposa, puedo besarte donde sea, es legal.

Ana quedó sin palabras ante su respuesta.

Su lógica era irrefutable.

Pero, ¿no le preocupaba que ella pudiera malinterpretarlo?

¿Que pudiera pensar que él la besa impulsivamente porque no puede evitar enamorarse de ella?

—

Justo cuando Beatriz salía del hospital, recibió una llamada de Ángeles.

—Bea, ven a casa un momento.

—¿Hay algún problema, mamá?

Ángeles suspiró: —Con todo lo que ha pasado entre tú y Bryan, tu padre ha estado queriendo verte. Si no te ve, no estará tranquilo.

Beatriz sabía que no podía evitarlo. —Está bien, tengo tiempo libre hoy, iré ahora.

Lo que tenía que enfrentarse, enfrentaría; no había escapatoria.

Poco después, Beatriz llegó a Casa Gómez.

Desde el problema con Bryan, no había vuelto a casa.

—¿Cómo te ha ido en el trabajo recientemente? ¿Ha sido duro? —preguntó Pedro.

Beatriz respondió honestamente: —Me gusta mucho mi trabajo actual, no es duro y tengo muchas oportunidades para descansar. ¿Papá ha ido a pescar estos días?

—Esa ha sido mi única afición recientemente, siempre que tengo tiempo libre me reúno con algunos viejos amigos para pescar y charlar. Ángeles me contó que te gusta mucho tu trabajo, pero que a menudo tienes que viajar con celebridades. Asegúrate de cuidarte bien. No te he visto en un tiempo y has adelgazado bastante, —dijo Pedro, sus ojos se enrojecieron sin que él se diera cuenta, todo por la preocupación.

Ver a su querida hija pasar por dificultades y adelgazar tanto lo entristecía profundamente.

Últimamente no había tenido ánimos para ir a pescar.

Había estado leyendo todo tipo de libros de psicología tratando de aprender cómo consolar a Bea.

Pero cuanto más leía, más sentía que esos libros no eran de mucha ayuda.

Beatriz sonrió: —Papá, ahora la belleza se asocia con ser delgada; casi me había convertido en una pequeña bola en estos últimos años, finalmente he logrado adelgazar, y eso es gracias a comer bien, siempre me aseguro de que mis comidas sean equilibradas y apenas como comida chatarra, ¡definitivamente estoy saludable! No te preocupes.