Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 709

Crema para cicatrices, Doña García y los demás ya nos han enviado muchas estos días.

Incluso, temiendo que no fueran efectivas, ya se habían puesto en contacto con médicos de hospitales de cirugía estética en el extranjero.

En realidad, este tipo de herida, bien cuidada, no dejará cicatrices.

Después de que Alejandro la dejara en La Villa Estrella del Mar, se dirigió apresuradamente hacia el Grupo García.

Ella se arregló un poco y después se sentó en el sofá para llamar a Elena.

Madre e hija hablaron un rato sobre la reciente situación de la tienda.

Los ingresos sorprendieron y complacieron especialmente a Elena.

Ana continuó alentando a Elena a que fuera audaz en sus acciones e innovaciones.

Ella misma también tenía algunas ideas; quería esperar a que sus heridas sanaran para empezar a hacer transmisiones en vivo, ayudando a la gente común a evitar ser engañada y, al mismo tiempo, deseaba usar las transmisiones para recopilar más información sobre la persona detrás de la dispersión de objetos malévolos en la ciudad A.

Después de hablar con Elena, conversó con Francisco.

Últimamente, Francisco había estado muy ocupado con el trabajo, pero su reputación en el sector estaba creciendo y se destacaba cada vez más en la investigación científica.

Justo cuando iba a llamar a Manuel, recibió una llamada de Beatriz.

—Ana, me acabo de divorciar.

Para Ana, esta noticia era significativa. —¿Bryan aceptó divorciarse de ti?

Ella pensaba que Bryan no se daría por vencido fácilmente.

Hace unos días, Beatriz todavía hablaba de la firme actitud de Bryan.

—Hace un par de días, nos reunimos sus padres, él y yo en casa, y luego él aceptó el divorcio, acabamos de salir del Registro Civil. Ana, me siento un poco mal,— la voz de Beatriz se quebró.

El certificado de divorcio en su mano parecía negar todo lo que ella y Bryan habían vivido.

Ya estaba mentalmente preparada, había decidido divorciarse hace tiempo.

La voz de Alejandro era un poco grave: —Obedece.

—Está bien, me quedaré en la cama descansando,— Ana cedió por teléfono.

Adivinando que Ana estaba aburrida, Alejandro sugirió: —¿Qué tal si vamos a ver una película después de la cena?

Los ojos de Ana se iluminaron: —¡Sí!

Después de colgar, Alejandro llamó a Eduardo.

—Consulta qué películas nuevas hay, reserva dos entradas.

Eduardo asintió y revisó las últimas películas: —Una película de amor entre un hombre y una mujer, ¿está bien? O hay un thriller, parece un poco sangriento, quizás no sea adecuado para la señora ver. La película romántica parece bastante adecuada para una pareja de recién casados.

¿Adecuada para recién casados?

Alejandro parpadeó levemente, levantó los párpados y miró a Eduardo, diciendo con voz tranquila: —Está bien, reserva las entradas.