Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 73

Tan pronto como contestó la llamada, el teléfono de Ana comenzó a emitir las quejas de Beatriz.

—¡Esa Carmen que se ha apoderado de todo es realmente repugnante! Primero redujo la atención sobre el asunto, luego afirmó que la persona en el video no era ella, y no sé cuánto dinero gastó para contratar a alguien que se parece a ella de lejos para decir que es quien estaba yendo a varios lugares con Carlos. ¡Carmen se ha limpiado por completo! Y Carlos también, diciendo que las fotos y videos muestran a esa mujer.

—Esa mujer lo admira en secreto, y los videos están fuera de contexto. La mujer salió a admitirlo, diciendo que fue su culpa por causar problemas a Carlos y Carmen. Después de que algunos trolls controlaran los comentarios, Carmen y Carlos se han limpiado por completo.

Ana soltó una risa fría. —Para idear esto, debieron gastar bastante dinero.

—Siempre que caminas junto al río, eventualmente te mojas. ¡Tendrán su merecido! Mi querida Anita, ¡me estoy muriendo de rabia con sus maniobras! Esta noche no puedes faltar.

—Está bien, nos vemos a las seis.

Después de colgar el teléfono, Ana notó que Alejandro la estaba mirando.

Sus labios se movieron. Este asunto había terminado de esa manera, y su ánimo era complicado; no sabía qué decirle a Alejandro.

Sin embargo, Alejandro fue el primero en hablar. —¿La familia González te trata mal?

Últimamente, había escuchado esta pregunta con frecuencia.

Pero nunca pensó que Alejandro también le preguntaría un día.

Miró hacia adelante, sus ojos reflejaban una profundidad que parecía esconder algún secreto inconfesable, pero su tono era ligero, sin emoción. —La familia González no tiene nada que ver conmigo.

Aunque no respondió directamente si la trataban bien o mal, esas pocas palabras ya lo decían todo.

Alejandro la miró pensativamente.

——

Carmen, mirando la tarjeta con solo diez mil dólares de saldo, tenía el rostro sombrío.

—Carmenita, ¿por qué no la llamas tú? —sugirió Laura.

Carmenita se sintió aún peor. ¿Qué le pasaba a su mamá? ¿Por qué de repente estaba tan preocupada por Ana?

Ocultó su descontento.

—Está bien, la llamaré ahora mismo.

El tono del teléfono sonó durante un buen rato, pero nadie contestó.

Carmenita miró a Laura, resignada. —Mamá, Ana no contesta mis llamadas y no sé dónde vive ahora. Es imposible encontrarla.

En ese momento, era probable que Ana estuviera en los brazos de algún hombre mayor, haciendo cosas indignas para agradarle. ¿Cómo iba a tener tiempo para contestar el teléfono?

Laura frunció el ceño. —Voy a llamar a Elena y preguntarle cómo es que educó a Ana para que buscara ser mantenida por alguien, ¡cómo puede permitir que haga cosas tan despreciables! ¡Mi hija era una buena chica y ella la ha corrompido!