Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 756

Un amigo al lado no escuchó bien, —¿Qué dijiste? No te escuché.

Patricia, con el rostro tenso y visiblemente de mal humor, expresó, —Don Fernando siempre ha sido una persona íntegra, ¿cómo es que ahora, a esta edad avanzada, no puede controlarse?

Ella habló en voz baja.

Después de todo, había mucha gente en la subasta hoy, y algunos conocían a Don Fernando; no era apropiado que lo escucharan.

—¿Quién no puede controlarse?— preguntó su amigo, confundido, mirando en la dirección que Patricia observaba.

Primero vio a Don Fernando.

Don Fernando conversaba con una joven a su lado, y aunque no se podía oír de qué hablaban, era evidente que Don Fernando mostraba una cercanía notable con la joven.

Su amigo percibió algo y de inmediato abrió mucho los ojos.

¡Esto era un gran chisme!

—Esa mujer es bastante impresionante, nunca había oído que Don Fernando tuviera una mujer a su lado, y su nieto ya debe tener casi veinte años, ¿no? Esa mujer parece una universitaria, es tan joven que, incluso si es por dinero, debe tener mucha tolerancia.

Patricia mostró una clara expresión de disgusto, —Ya la había visto antes, ella ha coqueteado con Ignacio y también con Salvador. Para casarse en una familia adinerada, puede tolerar a cualquier persona.

—¿Qué?— su amigo se sorprendió y luego se rió, —De hecho, es bastante normal, mujeres de familias comunes como ella, si no se esfuerzan por todas las vías y luchan desesperadamente, siempre estarán confinadas a su estrato social actual. Como ella, hay muchas en el mundo del entretenimiento, muchas actrices que quieren elevar su estatus.

Patricia frunció el ceño, —Ya basta, no hablemos más de esto, escuchar eso me desanima. Un buen evento de subasta, y lo arruinan con este ambiente.

—¡De acuerdo!

La subasta comenzó pronto.

Aunque Patricia trató de enfocar toda su atención en los artículos subastados, habiendo crecido en este ambiente, su abuelo y su padre siempre disfrutaron coleccionando antigüedades y ambos celebrarían sus cumpleaños pronto; primero su abuelo y luego, en unos días, su padre. Había escuchado que hoy en la subasta habría muchas antigüedades traídas del extranjero, por lo que quería comprar algunas para regalárselas.

Sin embargo, inevitablemente, su mirada siempre se desviaba hacia Ana al frente.

Admiraba a Ana, habían coincidido por casualidad tres veces, y cada vez Ana se había comportado de manera muy abierta, sin importarle que la gente descubriera sus intenciones.

Después de enfrentar la mirada decidida y algo condescendiente de Patricia, Ana se volvió hacia Don Fernando y dijo: —Debe haber algún problema.

Don Fernando frunció el ceño, —Los artículos que entran a la subasta son previamente inspeccionados, no tengo forma de decirle a otros que estos objetos antiguos tienen problemas.

La subasta implica muchas cuestiones.

Aunque Don Fernando goza de un estatus respetado en la ciudad A y todos le muestran deferencia, en cuestiones tan delicadas, a menos que alguien realmente confíe en él, nadie más lo haría.

—Lo compraré,— decidió Don Fernando.

Adquiriría los objetos problemáticos de esa noche para evitar que causen daño.

Entonces Don Fernando subió la oferta.

Patricia, decidida a obtenerlo, continuó elevando el precio.