Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 757

No han dejado de pujar en la subasta, sin señales de detenerse.

Finalmente, la cifra alcanzó los cinco millones de dólares.

Don Fernando frunció el ceño y murmuró: —¿Tan obstinada está hoy Patricia?

Cinco millones de dólares exceden ampliamente el valor real del objeto.

Ana dirigió de nuevo su mirada hacia Patricia.

El rincón de los labios de Patricia se curvó en una sonrisa de complacencia; su arrogancia innata hacía que, sin importar cuántas dudas albergara Ana, frente a ella parecieran insignificantes.

Cinco millones de dólares no es una suma menor.

No parece que Don Fernando vaya a seguir compitiendo con ella solo para contentar a Ana.

Después de que el subastador anunciara por tercera vez los cinco millones de dólares, Patricia esbozó una sonrisa.

Ana apartó la mirada.

Don Fernando, aún con el ceño fruncido, comentó: —Más tarde hablaré con su abuelo.

Ana asintió en silencio.

A continuación, comenzaron a subastar otros objetos.

Luego, un cuadro antiguo.

Este cuadro, muy bien conservado, tenía un precio inicial de cuatrocientos mil dólares.

Otros dos objetos problemáticos ya habían sido adquiridos por Don Fernando, pero este cuadro, tras varias ofertas entre Don Fernando y Patricia, fue comprado por Patricia a un precio elevado.

Ana miró pensativa a una Patricia algo satisfecha.

Patricia le sonrió a Ana con desinterés.

En el pasado, una mujer como Ana, que solo buscaba beneficios y no dudaba en vender su cuerpo, no merecería ni una palabra de Patricia, por temor a ensuciarse.

Pero ahora la situación era diferente; Ana también tenía esos tratos financieros con Alejandro, y solo pensar en ello la incomodaba.

Un amigo al lado torció los labios y miró a Ana con detenimiento, examinándola minuciosamente.

Como si estuviera observando algo sucio.

Personas como ella realmente no merecían que Patricia se detuviera a hablar, pero si Patricia deseaba hablar, que así fuera.

Ana sonrió levemente y dijo: —¿Te sorprende que cenara con Salvador o que viniera a la subasta con Don Fernando? ¿Siempre hablas de manera tan vaga y ambigua?

—¡Tú!— Patricia no esperaba una réplica de Ana.

—Pati te está hablando, y eso ya es un honor para ti. ¿Qué derecho tienes? ¿Crees que nadie se ha dado cuenta de lo que haces? ¿Desde cuándo las prostitutas son tan descaradas?— Una amiga de Patricia inmediatamente comenzó a insultar a Ana.