Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 763

Elena notó la sorpresa en el rostro de Ana y percibió algo inusual.

¿Por qué sentía que Anita no deseaba que Alejito se quedara?

¿Acaso habían tenido una discusión?

Después de bajar la mirada y girar los ojos, decidió: —Está bien, Alejito también se quedará.

Alejandro asintió, su mirada aún fija en Ana.

Ana fingió no notarlo. Hoy, el comportamiento de Alejandro era particularmente incomprensible. Podía entender que viniese a visitar a su madre, pero que decidiera quedarse resultaba realmente extraño.

¿Eran su relación tan cercana como para justificar su estancia?

¿No le preocupaban los malentendidos que podría provocar?

Especialmente los malentendidos que ella pudiera tener.

Durante la noche, ambos se acostaron en una cama de un metro y medio de ancho, que se sentía especialmente estrecha, probablemente por la presencia de Alejandro.

A diferencia de en la Villa Estrella del Mar, Ana siempre experimentaba una sensación extraña e inexplicable.

Por unos instantes, reinó el silencio.

Cuando Alejandro extendió el brazo, Ana se sentó sobresaltada.

Le recordó en voz baja: —Las habitaciones no están insonorizadas.

La recámara principal y la de huéspedes estaban separadas solo por una pared que no ofrecía aislamiento acústico alguno.

Alejandro soltó una breve risa, retiró la mano y luego, apoyando ambas detrás de su cabeza y relajado, sonrió y preguntó: —¿Por qué siento que me recuerdas lo de la insonorización como si quisieras sugerir algo emocionante?

—No es que sea imposible,— añadió.

Ana, sonrojada, le respondió: —¡Cállate!

Qué comentarios tan inoportunos.

Afortunadamente, logró contener su voz.

Si su madre la escuchaba, nunca podría mirarla a los ojos.

Alejandro también sonrió, —La cama es pequeña, la experiencia debe ser diferente, ¿no te apetece probar?

—¡Alejandro! ¿Crees que no puedo echarte de aquí?— Ana apretó los dientes.

¿Acaso él no era un hombre de gran autocontrol?

Estaban retransmitiendo el drama que había visto la noche anterior.

Mientras observaba al villano en la televisión, Elena no pudo evitar recordar a la figura que había visto el día anterior.

Luego se rió y sacudió la cabeza.

—¿Por qué a mayor edad, más propensa soy a divagar?

Después, tomó el control remoto y cambió de canal.

—

Hoy, Alejandro decidió no pedir que lo recogiera su conductor y bajó para subirse al auto de Ana.

Ana echó un vistazo a Alejandro sentado en el asiento del copiloto.

—¿Me miras así porque quieres que te bese?— preguntó Alejandro.

Había dormido muy bien la noche anterior, lo que también había mejorado su estado de ánimo ese día.

Ana torció ligeramente la boca y respondió: —Creo que la cama de mi casa es demasiado pequeña para soportar al digno presidente García, además temo que el presidente García se sienta incómodo.