Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 766

Eduardo no sabía qué decir.

—Vale, vale, si no entendiste, no entendiste, como si no hubiera dicho nada.

Gesticuló con la mano y se despidió directamente.

Algunas personas son demasiado arrogantes, realmente creen que son inteligentes y que sus intenciones nunca serán descubiertas.

Sofía estaba pálida, sus ojos ya no tenían lágrimas.

Alejandro ya se había ido en su auto.

¿Él quería que ella leyera y estudiara para mejorar sus habilidades? Si no tuviera habilidades, ¿cómo habría entrado en el Grupo García? Es cierto que sus habilidades no alcanzan las de Eduardo, pero ella también es competente, ¿no es así?

¿Acaso Alejito no ve los puntos brillantes en ella?

—¿Ahora solo tienes ojos para Ana?

Sofía habló con un tono celoso.

—Ni eso, ¿no es que Patricia ha vuelto?

Sofía sintió celos de nuevo.

Siempre hay otras personas a su alrededor, ¿y qué hay de ella?

No está dispuesta a ser la que queda fuera.

De repente, su celular sonó.

Miró al llamante y resultó ser Kenia.

Inmediatamente cambió su actitud a una muy respetuosa, —Señora.

—La pluma que te pedí que le dieras a Alejito, ¿ya se la diste?— Kenia preguntó directamente sin ninguna cortesía.

Sofía: —Esa pluma la llevé hace unos días al despacho de Alejito, la dejé en su escritorio.

—Muy bien, Sofita, eres una buena mujer, te aprecio mucho. El papá de Alejito también está contento contigo. ¿Tienes tiempo hoy? Ven a cenar a casa.— La voz de Kenia se volvió muy suave.

Como una anciana muy amable y bondadosa.

Cuando un mayor invita a un joven a su casa, ¿cómo podría este último rechazar?

Sofía temía que aceptar tarde pudiera hacer que Kenia se sintiera mal, —Claro, señora, justo acabé de trabajar, ahora mismo voy para allá.

La última vez que se vieron, ella sabía que ni Narciso ni Kenia le tenían simpatía a Ana, y ahora que confían en ella y la invitan a cenar, significa que tiene una oportunidad.

No teme ni a Patricia ni a Ana.

Elena estaba sentada en el sofá viendo la televisión.

—Francisco y Manuel regresaron al mediodía, compraron mucha comida y cocinaron antes de irse, solo hace falta calentarla.

Elena habló hacia la puerta donde Ana y Alejandro se estaban cambiando las zapatillas.

Ana respondió con un "ok" y se dirigió directamente a la cocina.

En la mesa de la cocina había varios platos ya preparados.

Era evidente que los había cocinado Francisco.

Solo necesitaban calentarse en el microondas.

Alejandro la siguió a la cocina.

—¿Cómo se calienta esto? Yo me encargo.

Alejandro miró el microondas, nunca había usado uno y no sabía cómo operarlo.

Ana sonrió y dijo: —Déjalo, yo me encargo. Es un modelo antiguo de microondas, estoy familiarizada.

Cuando se muden a la nueva casa, todos los electrodomésticos y utensilios de cocina serán nuevos y más fáciles de usar.