Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 79

Alejandro seguía vestido con el mismo traje que llevaba fuera del restaurante Zarzuela de Mariscos.

Bajo la luz del móvil de Anita, su perfil se destacaba claramente, y su naturaleza fría y distante le daba un aire misterioso.

Ella fijó la vista en su rostro por un par de segundos antes de cambiarse los zapatos y dirigirse hacia el sofá.

Como no podía ver bien el camino y la linterna del móvil alumbraba solo un área limitada, Anita no vio algo en el suelo y tropezó, cayendo hacia atrás.

—¡Ah!

Alejandro, que estaba justo detrás, reaccionó instintivamente. Dio un gran paso y extendió el brazo, atrapando a Anita antes de que cayera al suelo.

Quedaron muy cerca el uno del otro, y el rostro de Anita casi tocaba el pecho de Alejandro.

Incluso a través de la camisa y el traje, ella podía sentir los músculos firmes y escuchar los fuertes latidos de su corazón.

Anita se quedó en blanco por un momento.

Alejandro también se quedó inmóvil, con la espalda y los brazos rígidos. Su brazo tocaba accidentalmente una parte suave del cuerpo de Anita, y la calidez de su piel se transmitía claramente a través de las capas de ropa, haciéndole sentir un ligero cosquilleo.

La mano que la sostenía se había posado justo en su cintura, una cintura tan delgada que parecía que podía rodearla con sus manos.

La luz en la habitación era tenue, pero cuando sus miradas se cruzaron, parecían poder ver los ojos del otro claramente.

Los ojos de Alejandro se oscurecieron, y casi como por un impulso inexplicable, comenzó a inclinarse lentamente hacia abajo.

Justo cuando sus labios estaban a punto de encontrarse, el móvil de Anita sonó repentinamente.

En el silencio de la villa, el timbre del teléfono resonó de manera ensordecedora.

El sonido del móvil trajo de vuelta la racionalidad de ambos.

Alejandro echó un vistazo a la pantalla del móvil de Anita, donde parpadeaba el nombre de Carlos. Inmediatamente, la soltó y se aflojó un poco la corbata.

—Te está sonando el móvil. —dijo con un tono ligeramente más bajo.

Al ver el nombre de Carlos en la pantalla, Anita colgó la llamada.

Apenas colgó, otra llamada entró.

Anita estaba a punto de poner a Carlos en la lista negra cuando vio que esta vez era Manuel quien llamaba. Le dijo a Alejandro, —Voy a contestar una llamada.

Subiendo las escaleras, respondió al teléfono, teniendo cuidado en la oscuridad.

—Anita, lo que se dice en internet, ¿es verdad? ¿Carlos no te engañó? —preguntó Manuel con urgencia.

—Espera un momento, hermano. Te lo explico luego. —respondió Anita.

Desde el sofá, Alejandro observaba cómo Anita subía las escaleras. Su ceño se frunció.

¿Acaso ella había creído la negación de la familia González, pensando que Carlos no la había engañado?

Parecía que aún tenía sentimientos por él.

De lo contrario, no habría estado tan perturbada y vacilante al colgar las llamadas de Carlos.