Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 811

Después de la ducha, con la cabeza algo mareada, se quedó dormida sin darse cuenta.

Cuando se levantó a medianoche para ir al baño, confirmó que Alejandro no había vuelto esa noche.

Había un mensaje de Alejandro en su teléfono; él había salido de viaje de negocios.

Esta vez era un viaje al extranjero y no regresaría hasta después de una semana.

Explicó en WhatsApp de manera simple que había un problema con un proyecto en el extranjero y necesitaba resolverlo personalmente, por lo que su partida fue apresurada.

Al ver cómo le informaba de su itinerario como si estuviera reportándose, ella de repente sintió como si fuera una esposa a la que su esposo le explica sus movimientos.

Una pequeña cosa muy común.

Ana de repente se encontró incapaz de volver a dormir al pensar en esto.

Miró la hora y eran las tres de la madrugada; el mensaje había sido enviado a las seis de la tarde, pero ella no había revisado su teléfono después de cenar con colegas, ni siquiera notó las llamadas perdidas o los mensajes en WhatsApp cuando llamó al conductor.

¿Este gesto de Alejandro significa que le importa?

Ana sintió un ligero temblor en su pecho.

Dándose cuenta de que pensaba demasiado en medio de la noche, se levantó y se sirvió un vaso de agua.

De repente, volvió a pensar en Sofía.

Mejor esperar a que Alejandro regrese para hablar de eso.

...

Cuando el avión aterrizó, Alejandro encendió su teléfono.

Vio la respuesta de Ana.

[Está bien, que tengas un buen viaje, te espero a tu regreso.]

¿La esperaba a él en casa?

Alejandro curvó ligeramente sus labios en una sonrisa.

Su asistente, Eduardo, al ver a Alejandro sonreír de repente, se quedó un poco sorprendido. A esta hora, ¿no serían más de las tres de la madrugada en el país?

Cuando subieron al avión hace unas horas, el presidente García estaba visiblemente de mal humor y frío, pero ahora parecía estar de buen humor apenas bajó del avión.

...

Días después.

Ana había tenido un día ajetreado, y justo antes de salir del trabajo, Pablo le mostró una noticia en su teléfono.

—Ana, ¡mira, la familia Jiménez ha tenido otro incidente!

Ana echó un vistazo.

Esta vez, había sido un incendio en la casa de Patricia, que fue bastante grande. Se necesitaron varias unidades de bomberos, y una gran mansión terminó casi completamente destruida.

Patricia estaba bien, al parecer solo sufrió daños en los pulmones debido al humo y estaba siendo tratada en el hospital. Esther sufrió quemaduras debido a las chispas que cayeron sobre ella, y aunque las quemaduras fueron extensas, para la familia Jiménez no debería ser un problema encontrar un hospital para la rehabilitación y reparación necesarias. Sin embargo, el padre de Patricia, Vicente Jiménez, no tuvo tanta suerte.

Un muro caído lo aplastó, sufriendo quemaduras extensas y además inhalar humo denso que lo dejó en coma.

Desde entonces, ha estado en cuidados intensivos en el hospital.

La familia Jiménez ha estado enfrentando una serie de desgracias últimamente, y los periodistas que cubrieron la noticia se preguntaban si la sucesión de eventos con la familia Jiménez era demasiado coincidental.

Aunque formulado como una pregunta, la mayoría de las personas tienen una conclusión en mente: este tipo de incidentes raramente son coincidencias y es probable que sean provocados o, quizás, un acto de retribución.