Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 860

—¿Salvador?

Patricia había oído algunas cosas sobre Salvador y Sofía, y sabía que Salvador se había comprometido recientemente.

No pudo evitar sonreír irónicamente, siempre había pensado que Sofía no era tan inocente.

Efectivamente.

¿Volver a buscar a Salvador ahora que se ha comprometido?

—Está bien, yo me encargo de organizarlo, y te aviso cuando todo esté listo. ¿Cuándo crees que podrás salir del hospital?

Sofía respondió: —La próxima semana ya me darán de alta.

—Bien.

...

En la habitación del hospital.

Sofía miraba su teléfono, incapaz de controlar la expresión en su rostro.

No podía creer que había sido completamente rechazada.

Había intentado todo lo posible, pero Alejandro simplemente no le prestaba atención.

Justo en ese momento, la empresa le envió una carta de despido.

Todavía estaba en período de prueba, y la empresa le había ofrecido una compensación.

Al final, todo lo que Alejandro había dicho era cierto.

¡Nunca más volvería a ver a Alejandro!

Si el accidente realmente había sido planeado por su madre, no importaba lo que hiciera, Alejandro nunca la perdonaría fácilmente. Así que ahora, su única esperanza era Salvador. Si bajaba la cabeza y se disculpaba, Salvador seguramente volvería a tratarla bien.

Definitivamente.

Absolutamente.

Ella haría que Salvador rompiera su compromiso.

Luego, a través de Salvador, intentaría cambiar lentamente la percepción que Alejandro tenía de ella.

Lo que su madre había hecho no tenía nada que ver con ella, y los vídeos en los que aparecía habían sido forzados por Narciso, desde el principio, ella había sido la víctima, la persona que realmente merecía ser tratada bien, ¿no es así?

Al despertar, notó que Ana no estaba en la cama.

Miró la cama desordenada y una sonrisa fugaz cruzó su rostro.

Se levantó de la cama y bajó las escaleras.

Ana no estaba.

¿Había ido a trabajar?

Inmediatamente la llamó por teléfono.

—¿Fuiste a trabajar?

Cuando se conectó la llamada, Alejandro preguntó.

Ana respondió: —Hoy pedí el día libre, estoy camino a la casa de mi madre. Ah, hace más de una hora llegó la Señorita Patricia, dejé lo que trajo en la mesa de la entrada.

Alejandro respondió con un sonido y preguntó: —¿Cuándo vuelves?

Al ver que a Alejandro no le importaba mucho si Patricia había estado allí o no, Ana se sorprendió un poco: —Después de la cena, creo.