Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 905

No está mal.

Últimamente se puede observar que el desarrollo emocional ha sido rápido.

¡Ella no está lejos de tener un bisnieto!

—Justo cuando Ana llegó, déjala echar un vistazo a esta carta también. —Dijo Ramón de repente a Señora Marta.

Señora Marta se puso seria: —Sí, pensaba llamarte mañana, pero ya que tú y Alejandro están aquí, es un buen momento para mirarla ahora.

Fernando también parecía más sombrío.

Parece que la carta de la que habla Ramón debe ser muy importante.

Pero lo que Ana no esperaba era que la carta fuera escrita por Isabel.

—Queremos que confirmes si es una carta escrita personalmente por Isabel. —Preguntó Señora Marta después de que Ana la leyera.

Temían que después de tantos años sin verla, la letra de Isabel pudiera haber cambiado.

Si alguien imitara la letra de Isabel, podrían no reconocerla de inmediato.

Las manos de Ana temblaban mientras sostenía la carta.

En esta era, la gente prefiere enviar mensajes a través de WhatsApp o hacer una llamada. Rara vez alguien usa la escritura de cartas para comunicarse.

Precisamente este método hace que ver la letra sea como ver a la persona.

Ana se sintió un poco sentimental, Isabel la había visto crecer desde pequeña y le había enseñado tanto, casi no había diferencia con su abuela biológica.

—Es una carta de Isabel. —Dijo con la voz entrecortada.

Isabel decía en la carta que estaba bien y también sabía que ella y Alejandro se habían casado, y pidió a Marta que cuidara bien de ella.

Isabel también estaba al tanto de los asuntos relacionados con los entes malignos en Ciudad A.

Ana, inicialmente con lágrimas en los ojos, no pudo evitar sonreír cuando Marta la mencionó, apoyando su propuesta: —Sí, estar con abuela es lo mejor, y cuando sea el momento, también me quedaré en Casa García.

—De vez en cuando. —Corrigió Alejandro.

Ana frunció el ceño y lanzó una mirada a Alejandro.

—Ana tiene razón. —Dijo Marta, luciendo muy complacida.

¡Ella había tenido la previsión de hacer de Ana la esposa de su nieto!

Ramón y Fernando se quedaron sin palabras, sin argumentos para responder.

Ramón entonces miró hacia las múltiples plantas de la casa: —Este edificio de cuatro o cinco pisos, tenerme un poco más no hace la diferencia, y tampoco menos si no estoy, podría quedarme algunos días también.

—Cuéntame a mí también, hace tiempo que no jugamos cartas juntos, podríamos jugar al póker los cuatro. —Agregó rápidamente Fernando.

Marta, exasperada, dijo: —No, primero déjame vivir un tiempo con Isabel. Cuando nosotras hayamos dicho todo lo que tenemos que decir, entonces ustedes pueden venir. Si no, sería demasiado molesto.