Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 920

La puerta principal de la casa fue pateada violentamente.

—¡Se abrió! ¡La cerradura se ha abierto!

Antes de que terminara la voz del cerrajero, una figura ya había irrumpido en la habitación.

Al ver a Carlos completamente desnudo, Alejandro sintió un estremecimiento en su cuerpo.

Su mirada se dirigió hacia Ana, que estaba debajo de Carlos.

Su cabello estaba desordenado, su rostro pálido, y aún llevaba puesta la ropa.

Por suerte...

—¡Estás buscando la muerte! —Alejandro dio un paso decidido hacia adelante y lanzó un golpe hacia Carlos, que aún no había reaccionado.

Carlos seguía atónito.

Cuando el golpe lo alcanzó, todo su cuerpo fue derribado de la cama.

Al ver a Alejandro, Ana no pudo soportarlo más y perdió el conocimiento, cayendo en un sueño profundo.

Alejandro se quitó la ropa, y con las manos temblorosas, se acercó para abrazar a Ana.

Carlos, aún aturdido por el golpe, murmuró: —¿Cómo es posible...? ¿Cómo lograste encontrarme tan rápido? ¡Ana es mi novia, es mía, no puedes llevártela!

—No puede ser... ¿cómo puede ser...?

Alejandro, con las manos temblorosas, abrazó a Ana con furia en la mirada y le dijo a Eduardo, que estaba afuera: —¡Llévenlo a la comisaría! ¡Entreguen a la policía también las pruebas de que estaba traficando con ella!

Al escuchar esto, el rostro de Carlos cambió drásticamente y finalmente reaccionó: —¡No puedes llevarme a la comisaría! ¡Ana vino conmigo por su propia voluntad! ¡No puedes obligarla a ir contigo! Ella sabe sobre tu relación con Patricia, está tan decepcionada que vino a buscarme a mí, ¡fue ella quien me contactó! Mira, ella tomó esa droga para complacerme, ¡para que yo disfrutara! ¡Si no hubieras venido a interrumpirnos, ya habríamos tenido relaciones sexuales!

Carlos no era tonto, sabía que debía decir algo para sembrar dudas en la relación entre Ana y Alejandro.

Lo mejor sería hacer que Alejandro realmente pensara que había algo entre él y Ana.

Sabía que Carlos había empeorado las cosas.

—¡Inútil!

Llevaba con Ana desde el bachillerato, y al final ni siquiera pudo retener su corazón.

Ni siquiera fue capaz de llevarse a Ana sin tener que drogarla primero.

Si hubiera sabido que Carlos era tan inútil, jamás lo habría buscado.

Lo que tampoco se imaginaba era que Alejandro se preocuparía tanto por Ana. Al enterarse de su desaparición, movilizó todas sus conexiones y, en el menor tiempo posible, logró encontrarla.

—Este asunto no lo manejaste bien. Si Alejandro se entera de que fuiste tú quien trajo a Carlos a ciudad A, quizás se enoje contigo y hasta podría romper la relación contigo. Tal vez ustedes dos nunca vuelvan a estar juntos.

Valentín, que había desviado la mirada, volvió a fijarse en Patricia, frunciendo el ceño y hablando con voz seria.