Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 930

Parece que las palabras de Lourdes, a las que ellas acababan de atacar desde lo más alto de la moralidad, no le llegaron ni un poco.

Además, Lourdes adoptó una actitud indiferente y las vio como personas que solo buscaban hacer escándalo sin razón.

No se puede negar que el gesto de Lourdes fue hiriente.

Fue más doloroso que una bofetada para Sofía.

Sofía, con la cara roja de rabia, dijo: —¿No estás siendo demasiado cruel? Sabes perfectamente que la persona que le gusta a Salvador soy yo, y también sabes que, debido al compromiso con ustedes, Salvador fue echado de la familia Blanco. Aun así, no quieres romper el compromiso, ¿de verdad no tienes miedo de que Salvador te odie y te acuse de seguirlo sin parar?

Así es, la familia Blanco todavía no ha roto el compromiso con Lourdes.

No se sabe qué es lo que Lourdes está intentando defender.

Una amiga a su lado intervino: —Sofía tiene razón, si sigues negándote a romper el compromiso, la familia Blanco no lo hará. Ahora los más afectados son Salvador y Sofía. Ella es totalmente inocente. El amor verdadero no tiene precio, y entre tú y Salvador no hay nada de eso. Eres solo una intrusa en su relación.

—¿Ya acabaste? Si ya terminaste, vete. El tema del compromiso no me concierne. Es una decisión de los mayores. Si ustedes van a Casa Blanco a armar un escándalo y eso logra que rompan el compromiso, tal vez podría pensar que tienen algo de capacidad. Pero, ¿venir aquí a hacer ruido conmigo? ¿Acaso me ves como una persona fácil de intimidar? —La voz de Lourdes se volvía cada vez más fría.

Cada palabra que Lourdes decía, restando importancia al compromiso, hacía que Sofía lo odiara aún más.

No se puede negar que Lourdes tenía razón, Salvador no podía decidir sobre lo que los mayores habían decidido.

Sofía había venido a hacerle presión para que Lourdes rompiera el compromiso, y así Salvador pudiera regresar a Casa Blanco, pero Lourdes no le prestó atención.

Y en sus palabras, Salvador no parecía ser tan importante.

Incluso en los ojos de Lourdes, Salvador parecía completamente prescindible.

Al pensar en la buena posición de Lourdes, Sofía no podía evitar sentir una profunda envidia.