Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 933

Alejandro estaba a punto de decir algo más cuando recibió una llamada.

Al contestar, su rostro se fue poniendo cada vez más serio.

Ana y Francisco se quedaron en silencio.

—¿Está muerto? —Preguntó Alejandro.

No se oyó lo que decían al otro lado de la línea, pero, tras un momento, Alejandro colgó y le dijo a Ana: —Voy a salir un momento.

—No puedes conducir después de beber. —Le recordó Ana.

Alejandro asintió. —El chófer viene a recogerme.

Parece que la situación era urgente, porque Alejandro se fue de inmediato.

Quedaron solos Ana y Francisco, los dos hermanos.

—Ana, cuídate, lleva siempre spray de autodefensa contigo. A veces tienes que ser un poco egoísta, no te preocupes por todo. —Dijo Francisco, preocupado solo por la seguridad de su hermana.

En cuanto a los demás, no podía preocuparse.

Si alguien era demasiado ambicioso y eso causaba problemas que pusieran en peligro a Ana, preferiría que ella no se involucrara.

Ana, para tranquilizar a Francisco, aceptó con docilidad: —Te haré caso, ya he puesto el spray en mi bolso.

Tras escuchar la promesa de Ana, Francisco se relajó un poco, miró su reloj y dijo: —Ya es tarde, vamos a recoger la mesa. Mejor que descanses temprano esta noche.

—Está bien.

...

Unos treinta minutos después, Ana recibió una llamada.

Era Eduardo.

—Señora Ana, ya he enviado al chófer a Villa Estrella de Mar para que la recoja. El presidente Alejandro ha resultado herido y está en el hospital.

La voz de Eduardo sonaba algo agitada.

Dejaron al otro con la cara llena de moretones e incluso lastimaron a dos de las modelos.

Ambas modelos tuvieron las piernas rotas.

El dueño del club conocía a Salvador, y a través de él contactó a Alejandro. Cuando Alejandro llegó, ordenó que llevaran a Narciso y a los demás al hospital.

Sin embargo, cuando esos dos hombres vieron a Alejandro, el tío, que siempre lo había despreciado por arrebatarle el protagonismo durante tantos años, comenzó a burlarse de él y también de Narciso.

Luego, ambos volvieron a pelear. Los dos hijos del tío llegaron y aprovecharon la oportunidad para presumir.

Traían cuchillos.

Alejandro no se imaginó que llevaran cuchillos y, sin poder defenderse, recibió varias puñaladas.

Por supuesto, ellos tampoco salieron bien parados, Alejandro les dio la vuelta a la situación y les clavó varias cuchilladas. Ahora, después de que Alejandro haya recibido atención médica, los demás fueron llevados a la comisaría.

Al escuchar esto, Ana de repente pensó que la familia García estaba realmente demasiado desorganizada. Aunque todos compartieran el apellido García y fueran de la misma familia, sus acciones eran más despiadadas que las de enemigos.