Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 932

Alejandro observaba cómo los hermanos se cuidaban el uno al otro, completamente ignorando su presencia.

Además, Ana solo lo miró una vez cuando entró, y después de que él tomó las cosas y agradeció, no dijo más.

Luego, la vio sonreír alegremente a Francisco.

Se sintió un poco incómodo.

—No estoy acostumbrado a la comida del extranjero, perdí algunos kilos, pero los recuperaré en unos días. —A Francisco no le importaba su peso.

Simplemente no estaba acostumbrado a la comida extranjera.

Ana miró el reloj: —Voy a cocinar, Francisco, ¿hay algo que te gustaría comer? Tenemos pescado en casa, ¿quieres un pescado al estilo picante y ácido?

Los ojos de Francisco se iluminaron: —Solo Ana me conoce bien.

Ahora, los sabores picantes y ácidos son lo que más le gustan.

La comida que tuvo hoy con sus colegas en la actividad de equipo no era de su agrado.

Ana apenas se levantó, notando la mirada de Alejandro.

Ella le preguntó: —¿Hay algo que te gustaría comer?

Esta pregunta reconfortó el corazón de Alejandro: —Tomates con huevos.

Francisco miró a Alejandro.

¿Un simple plato de tomates con huevos era suficiente para satisfacer al Presidente Alejandro?

El talento culinario de Ana, emplearlo en hacer algo tan simple como tomates con huevos, realmente era desperdiciar sus habilidades.

Mientras Ana estaba ocupada en la cocina, Francisco miraba ocasionalmente hacia allá.

—¿Vas a ayudar? —Preguntó Alejandro a Francisco.

Francisco se levantó de un salto: —Creo que sí.

Poco después, mientras Ana cocinaba, ambos hombres ayudaban, uno cortando verduras y el otro lavándolas.

Comieron y bebieron hasta que se hizo de noche.

Alejandro y Francisco se llevaban muy bien, podían hablar de trabajo y se entendían perfectamente, e incluso Alejandro aprovechaba para darle algunos consejos a Francisco.

Ana se quedó en silencio, escuchando lo que decían sin interrumpir.

A medida que conversaban, parecía que se daban cuenta de que se habían olvidado de Ana, así que de vez en cuando le preguntaban sobre su trabajo.

Ana contaba un poco, pero su trabajo era bastante monótono, así que hablaba de los fenómenos extraños que habían estado ocurriendo últimamente.

—Creo que alguien quiere tender una gran trampa en Ciudad A, con la intención de derribar a varios de los grandes clanes de la ciudad sin que se den cuenta. —Francisco habló con seriedad, mirando a Alejandro: —Deberían investigar a los enemigos antiguos de esos clanes.

Los enemigos ocultos en las sombras son los más peligrosos.

Alejandro dijo: —Hemos encontrado algunas pistas recientes.

—Ustedes deben proteger a Ana, porque si la persona que está en las sombras descubre que Ana ha interferido con sus planes, podría intentar hacerle daño. —Esta era la preocupación principal de Francisco.