Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 984

Ignacio está parado junto a la puerta, escuchando los leves sonidos que provienen de la habitación.

No puede discernir lo que Ana está diciendo a Hailita.

Sin embargo, percibe un alivio en el ambiente.

Aún es capaz de conversar con Ana.

Su rostro, antes tenso, se relaja gradualmente.

Hacía mucho tiempo que no confiaba tanto en alguien; pensó que nunca encontraría a alguien en quien pudiera confiar completamente.

No obstante, la aparición de Ana cambió eso.

Ahora que Hailita está con Ana, se siente completamente tranquilo.

Extrae una cajetilla de cigarrillos de su bolsillo y justo cuando va a sacar uno, se detiene un momento.

Con la cajetilla aún en mano, se dirige al balcón.

Enciende el cigarrillo bajo la brisa nocturna y reflexiona.

Ana ha venido sola, sin Alejandro, y eso le hace sospechar.

Debe haber algún problema entre ella y Alejandro.

La última vez que Ana tuvo un inconveniente, Alejandro estaba desesperado.

Parecía que realmente se preocupaba por ella.

Pero ahora, las cosas no parecen ser iguales.

Mientras se sumerge en estos pensamientos, su teléfono suena.

Al ver al llamante, levanta ligeramente una ceja.

Contesta: —Presidente Alejandro.

—¿Ana está contigo?— Alejandro pregunta de manera directa.

Ignacio hace una pausa, mirando hacia abajo al encendedor en su mano, —Sí, Haila tuvo un problema, así que llamamos a la señora Ana para ayudar.

—Envíame la dirección, iré por ella,— responde Alejandro.

Ignacio asiente.

Luego, terminan la conversación sin decir mucho más.

Él está a punto de hablar, pero Ana sacude la cabeza indicándole que no hable.

Luego, los dos se sientan en el sofá de abajo, y Ana finalmente habla: —Hailita está cansada, ahora debe estar durmiendo. Quiere verme mañana, y yo se lo he prometido. ¿Hay una habitación extra aquí? Si no, vendré temprano mañana.

Hailita está emocionalmente inestable, y Ana no está tranquila.

Ignacio se alegra al oír que Ana quiere quedarse, pero luego recuerda la llamada reciente de Alejandro.

Conteniendo su alegría, le dice a Ana: —El Presidente Alejandro acaba de llamarme, dijo que vendría a buscarte, probablemente ya esté en camino.

Ana se sorprende, —¿Él te llamó?

Ella saca su teléfono para comprobar.

Alejandro realmente le había hecho varias llamadas, pero ella lo tenía en silencio y no escuchó.

—Sí.— Ignacio asiente.

—Le devolveré la llamada.— Ana mira la hora en su teléfono, ya casi es la una de la madrugada.

Justo cuando hace la llamada, Alejandro contesta.

—Estaba con Hailita y tenía el teléfono en silencio, no escuché. Voy a quedarme aquí esta noche para acompañar a Hailita. ¿Estás en camino para recogerme? Es muy tarde, no vengas, vuelve al hotel y descansa bien.