Mi Pareja Tiene Dos Lobos romance Capítulo 56

La Perspectiva de Blake

Después de que mis dos amigos se fueran, finalmente pude trabajar en paz hasta las 4 de la tarde.

Noah y Hedwig habían salido de la escuela de hombres lobo. Le pedí a Dowen que los enviara al centro comercial.

Noah y Hedwig bajaron del auto y descubrieron que no había nadie en el salón brillantemente iluminado. Sus ojos negros se abrieron de par en par incrédulos.

"Noah, ¿por qué no hay nadie aquí? ¿Papá nos trajo al lugar equivocado?". Hedwig sintió al instante una sensación de pérdida.

Noah miró a su alrededor con sus grandes ojos y dijo: "No. ¿Ves? Las tiendas de arriba están abiertas".

Mientras Noah y Hedwig hablaban entre ellos, yo ya me había agachado y los había seguido fuera del coche.

"Papá, ¿dónde están las personas aquí? ¿Cómo es que no hay nadie? ¿Los habrán llevado los monstruos? ¡Tengo tanto miedo!". Hedwig se aferró firmemente a mi fuerte brazo mientras ponía sus dos cortos brazos alrededor de mi cuello. Miraba a su alrededor en pánico.

Las palabras ingenuas y francas de Hedwig eran muy divertidas y adorables.

La consolé: "No se los han llevado. Sólo que hoy no pueden entrar".

"¿Por qué no?". Cuando Hedwig escuchó mis palabras, se sintió un poco aliviada. Ya no estaba inquieta como antes.

Henry, que también estaba allí, explicó con una sonrisa: "Porque sois los dos únicos invitados en todo el centro comercial hoy".

Noah y Hedwig se sorprendieron. Hedwig estaba tan sorprendida que tenía la boquita abierta de par en par. Sus grandes ojos parpadearon. "Papá, ¿eres el dueño de este centro comercial?".

"Sí". Miré la expresión de sorpresa de Hedwig y sonreí.

"Papá, ¿no vas a comprarnos algo? No te quedes ahí parado. Vamos a ver", se apresuró a decir Noah.

Hedwig se puso ansiosa de inmediato. "¡Sí! ¡Así es! Quiero comprar algo. ¡Papá, déjame bajar!".

No tuve más remedio que dejar a Hedwig en el suelo. Antes de que tocase el suelo, saltó y corrió hacia una tienda de juguetes para niños que no estaba lejos.

La miré huir y no pude evitar sonreír feliz de nuevo.

"Henry, ¿estaré mimando demasiado a los niños?". Los miré en la tienda de juguetes y de repente pensé en lo que Catherine había estado regañando todo el día.

Siempre ella decía que Noah y Hedwig eran demasiado jóvenes y que no debía mimarlos tanto. Decía que podía darles mucho amor mentalmente, pero que tenía que controlarme cuando se trataba de premios materiales.

"King Blake, es sólo porque los quieres mucho. ¿Ves? Son tan felices".

"Tienes razón. Me gusta verlos felices", charlé con Henry y me fui a la juguetería.

"Papá, ¿dónde estoy?". Hedwig estaba jugando al escondite.

Me quedé atónito e inmediatamente fingí no darme cuenta de dónde estaba. Me uní a su juego.

"Cariño, ¿dónde estás? ¡Yo no te encuentra! Sal rápido". Fingí estar un poco ansioso.

Desde un rincón llegó la risa ahogada de Hedwig. Soltó una risita.

"¡Hedwig, tonta! Déjalo ya. ¿Recuerdas lo que te dije?". Noah se acercó y sacó a Hedwig del montón de juguetes.

Hedwig se quedó congelada y lo apartó. "Noah, eres muy malo. Estoy jugando al escondite con papá. ¿Por qué me sacaste? Papá aún no me ha encontrado".

No tenía ni idea de lo que era un vestido de princesa y había ropa rosa por todas partes. ¿Cuáles eran bonitos? ¿Y cuáles no?

"Papá, ¿qué tal este?". Hedwig se acercó casualmente a un vestido verde y señaló.

Me acerqué, me quité el vestido y lo apreté contra su pecho. "No. Es demasiado largo.

"Noah, elige la ropa que te guste".

"No. Mamá me compra toda la ropa. Tiene buen gusto". Noah cruzó las manos con aire arrogante, como si no le interesara en absoluto comprar ropa.

Los miré. Hedwig parecía confundida, mientras que Noah parecía no estar interesado.

De repente siento que esta compra fue algo fallida.

"No lo planifiqué lo suficientemente bien. La próxima vez, le pediré a tu madre que venga con nosotros". Tenía dolor de cabeza.

Después de oír mis palabras, Noah puso los ojos en blanco y dijo: "Papá, deberías darle mucho dinero a mamá y dejar que ella nos compre ropa! Las que elige son las mejores".

"Bien". Pensé que era mejor dejar que Catherine vistiera a los niños.

"¡Papá, ahora que estamos aquí, vamos a curiosear más!". Seguían reacios a volver.

"Vale. Naveguemos más. De todas formas, estoy aquí para acompañarte". Asentí suavemente.

Noah corrió hacia adelante de inmediato. Hedwig agarró los juguetes y muñecas que eligió y lo siguió rápidamente.

Las risas de Noah y Hedwig resonaron por todo el centro comercial. A mis oídos llegó la voz de Hedwig: "Noah, espérame... ¡Espera!".