O romance Mis Tres Tesoros Más Preciados foi publicado em Capítulo 2 com detalhes novos e inesperados. Você pode dizer que o autor Internet investiu muito em Mis Tres Tesoros Más Preciados com sinceridade. Depois de ler Capítulo 2, senti uma tristeza gentil, mas profunda. Agora, vamos ler Capítulo 2 e os próximos capítulos da série Mis Tres Tesoros Más Preciados no Good Novel Online.
El estudio estaba brillantemente iluminado, era espacioso y sumamente hermoso; además, en aquel lugar, se encontraba un hombre sentado cómodamente en su escritorio, solo dejando ver el exquisito y asombroso reloj en su muñeca, que combinaba perfectamente con su masculinidad. Luego, bajando los documentos que estaba leyendo, se pudo apreciar sus rasgos faciales muy bien definidos, que lo hacían lucir extremadamente varonil; después, pasando una página de sus papeles, ordenó: “Por favor, retira los fondos que serán destinados para Lawson's Group".
Tras escuchar la orden del señor de la casa, el mayordomo inclinó la cabeza y dijo respetuosamente: “Sí, lo haré enseguida”. Aunque, después de decir ello y, tratando de retractarse de sus palabras, le dijo nerviosamente: “Señor, en mi opinión, creo que… la señorita Lawson es muy diferente a las dos candidatas anteriores; la verdad es que su personalidad es asombrosa".
En realidad, fue el mayordomo quien recibió a Eliza en la casa; así que, a primera vista, le pareció una mujer sumamente agradable, e incluso, a través de su mirada, se podía notar que tenía una personalidad pura e inocente, sin intenciones ocultas. De hecho, ni bien llegó a la casa de la familia Valentine, Eliza se mostró muy respetuosa y no habló mucho con las personas que habitaban la casa; sin embargo, se dio el trabajo de preguntar por las cosas que le gustaban y las que no le gustaban al sr. Valentine.
A decir verdad, al mayordomo le agradaba que a ella no le importaran los rumores que se habían extendido; pues, desde que los hijos de sr. Valentine difundieron los rumores sobre su loca personalidad y su rostro desfigurado, era imposible encontrar una mujer lo suficientemente audaz y valiente para ser la esposa del hombre. Además, aunque el mayordomo no quería que su amo perdiera la oportunidad de conocer a una buena mujer como Eliza, parecía que el hombre no le importaba en lo absoluto; ya que, sin mostrarse desconcertado, respondió seriamente: "A mi parecer, ella es igual que las demás, ni siquiera pudo pasar la simple prueba de mi hijo".
Tras escuchar las palabras de su amo, el mayordomo se quedó sin palabras, pues, para él, esa no era una prueba tan sencilla como decían; incluso, pensaba que si él, siendo un hombre mayor, temblaba de miedo al ver el horrible disfraz del pequeño hijo de su amo, Demarion, mucho más sería una pequeña joven de solo un poco más de veinte años. Luego, el mayordomo suspiró un poco preocupado, pues temía que, si su jefe seguía actuando así, él no encontraría una mujer con quien compartir el resto de su vida.
Justo cuando aquellos hombres estaban en el estudio, sonó el timbre de la entrada casa y, aunque Eliza estaba temblando de pies a cabeza, se armó de valor para llamar la puerta; a decir verdad, en ese momento, ella estaba tan asustada que lo único que pensó fue en alejarse de la casa. Además, no solo le tuvo mucho miedo a la oscuridad, sino que, tras ver a aquel monstruo a su lado, ella sintió un escalofrío que recorría toda su espalda; sin embargo, una vez que se tranquilizó, Eliza se sintió culpable por sus acciones y decidió regresar para cumplir su promesa.
En realidad, Eliza supo desde un principio que el sr. Valentine era un hombre desfigurado y con una personalidad retorcida, sobre todo, tras el incidente de incendio que sufrió; sin embargo, había accedido a la propuesta de ese matrimonio, así que, decidiendo cumplir su promesa y después de pensarlo claramente, finalmente regresó. Cuando tocó el timbre, Eliza estaba totalmente pálida, su corazón latía apresuradamente y no tenía las agallas para enfrentar al hombre de la casa; pero, tuvo en claro que debía superar ese miedo, especialmente, porque viviría con él en el futuro.
Después de que sonó el timbre por un largo rato, alguien abrió la puerta lentamente; sin embargo, inesperadamente, la persona que abrió la puerta no fue el sr. Valentine, ni tampoco el mayordomo o las amas de llaves, de hecho, era un niño muy apuesto, que aparentaba tener entre 4 y 5 años. Además, si no hubiera sido porque esa era la única villa en la zona, Eliza habría pensado que se había equivocado de casa.
Por su parte, tras abrir la puerta, el niño se quedó mirando fijamente a la mujer, la hizo pasar directamente a la sala y, señalando el sofá, le hizo un gesto para que se sentara; mientras que, Eliza se quedó totalmente sorprendida, pues, aunque no sabía de donde era ese niño, ella no sentía malas intenciones en él. Luego, aun temblando por la conmoción que tenía, la mujer se sentó cómodamente en el sofá, y el niño le acercó educadamente un vaso de agua caliente; entre tanto, sosteniendo el vaso de agua, ella se calmó gradualmente y le agradeció por su atención.
Después de mirar atentamente a la mujer, el niño caminó hacia un pequeño gabinete a su lado y parecía como si realmente estuviera buscando algo; mientras tanto, en la barandilla del segundo piso, Demarion se asustó al ver a Eliza nuevamente en la casa y, mirando con mucha atención la escena de su hermano y la mujer, exclamó: “¡Guau! No puedo creer que ella realmente haya regresado. Papá, ¿quieres que la asuste de nuevo?”.
El sr. Valentine ocultó su alta figura en las sombras mientras miraba fijamente a la aterrorizada mujer de abajo, quien todavía se notaba temblando de miedo; luego, desviando su mirada para notar como su hijo mayor buscaba fijamente la caja de medicamentos, frunció el ceño y le respondió amablemente: “No, por ahora no la asustes”. A decir verdad, dado que los rumores sobre el incendio que ocurrió hace cinco años se extendieron rápidamente, muchas personas estaban al tanto del cambio de apariencia y personalidad del sr. Valentine; sin embargo, solo unos pocos sabían que él tenía una gran bendición en su vida, a un par de gemelos muy hermosos.
Comentários
Os comentários dos leitores sobre o romance: Mis Tres Tesoros Más Preciados