Mis Tres Tesoros Más Preciados é a melhor série atual do autor Internet. Com o conteúdo de Capítulo 23 abaixo, nos perderemos em um mundo de amor e ódio, onde os personagens usam todos os truques para atingir seus objetivos, sem se preocupar com a outra metade, apenas para se arrepender tarde demais. Leia o capítulo Capítulo 23 e acompanhe os próximos capítulos desta série em booktrk.com.
En la villa de la familia Valentine. Eliza tatareaba alegremente mientras preparaba la cena, luego Demarion se acercó con una pequeña silla para sentarse en el centro de la cocina y apoyó la barbilla con ambas manos para mirar a Eliza diciendo: "Mamá".
"¿Qué pasa?", preguntó Eliza dejando de cortar las verduras.
"Si tan solo fueras mi mamá biológica", respondió él con seriedad y mirándola fijamente continuó: "Sabes, nuestros ojos son del mismo color. ¿Qué pasa si resultas ser mi madre biológica?"
Eliza sonrió impotente mientras se daba la vuelta para continuar cortando las verduras y respondió: "Nunca he dado a luz..."
Al detenerse bruscamente recordó que hace cinco años tuvo un aborto espontáneo. ¿Contaba eso como tener experiencia en dar a luz? A Eliza le dolía el corazón cuando pensaba en su pasado y al instante cambió el tema preguntando: "¿No conociste a tu madre biológica?"
"No, nunca la he visto", respondió Demarion negando con la cabeza y continuó: "Escuché que mi madre murió al darnos a luz. A pesar de eso, sigo creyendo que está viva en cualquier lugar de este mundo, esperando que la encontremos".
Eliza se compadeció de él al escuchar hablarlo tan optimista de su madre, cortó un pequeño trozo de jamón y se lo metió en la boca de Demarion, luego se agachó para abrazarlo y decirle: "Aférrate a ese sueño y algún día la encontrarás. Una vez que crezcas y seas todo un adulto, podrás ir a buscarla".
"Si tan solo Eliza fuera mi verdadera madre...", pensó Demarion mientras comía el trozo de jamón. Pero una pequeña parte de él quería conocer a su madre biológica.
En el despacho del segundo piso. Beau estaba sentado en la oficina y Braint con los brazos cruzados frente a él era la viva imagen de su padre.
"¿Por qué perdonaste a esa mujer?", preguntó Braint. Eliza casi fue violada por los malvados planes de Esme y pensó: "¿Cómo pudo dejar ir a esa malvada mujer, después de las cosas que le hizo a mi mamá?"
"Por supuesto que no la perdoné", respondió Beau mirándolo con indiferencia.
Esme seguiría avanzando con su carrera y en el futuro, Beau tendrá varias oportunidades para hacerla sufrir en el rubro de los negocios. Pero por ahora solo podía darle una lección porque si convertía el incidente en un gran problema, no podría saciar la curiosidad del público. Además, las identidades de Demarion y Braint quedarían expuestas, poniendo en peligro sus vidas pacíficas y aunque estaba seguro que con su poder podría silenciar a los medios de comunicación, no quería arriesgar la seguridad de sus hijos para no faltar a una promesa que hizo con alguien especial.
"¿Qué quieres decir con eso?", cuestionó Braint confundido al ver que su padre no dijo nada más.
En comparación con Demarion, Braint era más maduro y tranquilo. Por otro lado, su hermano era el típico niño impulsivo que se deja llevar por sus emociones sin preocuparse por las consecuencias.
"De verdad te preocupas por Eliza", mencionó Beau mirándolo con una sonrisa.
"Es parte de nuestra familia", comentó Braint sonrojado desviando la mirada.
"¿Es esa la única razón por la que te comportas de esa manera?", preguntó Beau cruzando los brazos.
"Sí", respondió Braint, luego bajó de la silla del escritorio y agregó: "Ya que te niegas a ayudarme, me encargaré personalmente de esa malvada mujer".
"Espera un minuto", dijo Beau señalando la caja sobre la mesa y continuó: "Llévale esa caja a Eliza y dile que es un regalo tuyo".
Braint cogió la pequeña caja y mirándolo preguntó: "¿Son estos algún tipo de cosméticos de marca?", luego pensó: "Papá no es de los tipos que le gusta dar regalos, a menos que... le haya hecho algo malo a mamá".
Beau se sintió incómodo al ver la mirada amenazante de su hijo, aclarándose la garganta dijo: "Hoy le pedí a tu primo que cuidara de Eliza, pero ese tonto se volvió a equivocar".
"Por esta vez te creeré", dijo Braint suspirando mientras sujetaba con fuerza la caja, luego salió del estudio y Beau sonrió moviendo la cabeza.
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