Leia Capítulo 48 do romance Mis Tres Tesoros Más Preciados, autor: Internet. Gêneros: Romance, Drama... Mis Tres Tesoros Más Preciados Hinovel. Visite booktrk.com para ler Capítulo 48 gratuitamente e os próximos capítulos de Mis Tres Tesoros Más Preciados agora! Capítulo 48 oferece suporte para baixar o PDF gratuitamente.
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Después del desayuno, Eliza agarró su cartera y siguió a Beau hasta el auto. Demarion y Braint se quedaron viéndolos desde la puerta con aire solenme, se estaban comportando como si ellos fueran los padres.
—Tengan mucho cuidado —dijo el menor—. Mami, no seas muy amable con otros niños, vuelve pronto para que nos puedas cocinar más comida rica, toma muchas fotos bonitas, recuerda…
Braint lo calló con una mirada fulminante. Después de un largo rato, volvió a levantar la cabeza, apubullado, sus enormes y bellos ojos la estaban mirando con cariño.
—Disfruta mucho del viaje, mami.
—Lo haré —le sonrió Eliza.
Después de todo, este era un viaje de relajo total. Volvería con las baterías recargadas para pisotearlos a Jay y Madeleine.
—Entra al coche —dijo Beau con frialdad.
Eliza obedeció y subió al auto. El hombre se dio la vuelta y miró a ambos niños. Estos ni siquiera le llegaban a la cintura.
—He viajado antes y nunca me habían despedido.
Demarion puso los ojos en blanco.
—Papá, eres un adulto. ¿Por qué deberíamos preocuparnos por ti?
Beau entrecerró los ojos.
—¿Acaso Eliza no es una adulta también?
—¡Pero es diferente!
—¿Cómo?
Al ver que su hermano se le estaba dificultando encontrar una respuesta, Braint intervino.
—Las mujeres requieren más atención que los hombres —dijo, para luego irse en dirección a la casa.
—¡Así es! ¡Las mujeres requieren más atención que los hombres! —dijo Demarion, asintiendo con la cabeza—. ¡Papá, cuida bien a mamá!
Y con eso, corrió detrás de Braint para alcanzarlo.
—¡Espérame, hermano! ¡No te comas las galletas que mami hizo para mí!
Beau se quedó mirando como sus hijos se iban sin despedirse adecuadamente, de tal palo tal astilla decía las personas. Soltó un suspiro por lo bajo. ¿Qué había pasado con sus dulces niños? Había sido traicionado por sus propios hijos. Una vez se aseguró de que los niños ya estaban dentro de la casa, se subió al auto. Eliza estaba en medio de una llamada con Graciana.
—¡Eliza, te espero en la intersección! —se escuchó del otro lado de la línea—. Me he puesto mi mejor vestido, espero que el señor Valentine no piense que no sé vestirme, que conste que me he esforzado. Me levanté super temprano porque me iba a demorar dos horas maquillándome. No quiero avergonzarte.
Eliza avergonzada había tratado de tapar el teléfono con la mano, pero la voz de su amiga igual se podía oír a pesar de que no estaba en altavoz. Beau, vestido con un elegante traje negro, se sentó su costado y se le quedo mirando. Estaba segura de que había oído todo.
—¡Graciana, no grites! —siseó a su amiga, mientras trataba de tapar aún más el celular. Aunque sus intentos fueron en vano.
—El señor Valentine me vio la otra vez que estábamos en video llamada, pero es una persona tan ocupada que de seguro ni me recordará. ¡Debo impresionarlo bien esta vez!
Eliza puso los ojos en blanco.
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