Mis Tres Tesoros Más Preciados romance Capítulo 67

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Como Madeleine no podía salir de la sala de audiciones, a ella le tocó ver como Eliza y Julian firmaban el contrato para su cooperación en la película Purple City y, solo después de realizar las respectivas firmas, el guardia de seguridad la dejo salir. Por su parte, tan pronto como la vio salir, Jay, quien la había estado esperando en la entrada del edificio Thunder Company, corrió rápidamente hacia ella, le tomó suavemente la mano y le preguntó con gran inquietud: “Madeleine, ¿cómo te fue? ¿Te han aceptado? ¿Conseguiste el papel? ¿Te ayudó Eliza?”.

Cuando Madeleine escuchó el nombre de Eliza, ella se puso extremadamente furiosa y no dijo ni una sola palabra; a decir verdad, si Jay le hizo esa pregunta fue porque todavía pensaba que Eliza seguía siendo la misma persona y que estaría a su disposición en todo momento. De hecho, como la mejor amiga de Eliza, Madeleine también sabía perfectamente que ella era muy dulce, siempre fue muy tolerante y no estaba dispuesta a causar problemas; sin embargo, ahora estaba completamente cambiada y Eliza no estaba dispuesta a ceder ni un poco más.

Después de su pregunta, Madeleine respiró hondo para tratar de calmarse y le respondió fríamente: “Eliza no me ayudó en lo absoluto; por el contrario, fue ella quien consiguió el papel de la protagonista. Solo tuvo éxito en la prueba final”. Tras escuchar su respuesta, Jay quedó completamente atónito y, justo en el momento que vio a Eliza y Roseane salir juntas del edificio, el hombre corrió apresuradamente hacia ellas, apartó a Eliza a un lado y le preguntó muy serio: “Eliza, ¿cómo pudiste hacer esto? Te dije claramente que esta película era muy importante para Madeleine y, por supuesto, para mí”.

Al ver lo preocupado que estaba Jay por esa mujer, Eliza sintió inexplicablemente una gran lástima por él; luego, respiró hondo, buscó en su bolso durante bastante tiempo y, finalmente encontró un llavero de tortuga color verde. De hecho, ese llavero lo había comprado Graciana, pues le gustó mucho cuando lo vio en Ertonphia; sin embargo, como no tenía donde dejarlo, ella lo guardó en la bolsa de Eliza.

Por su parte, después de encontrarlo, Eliza colocó la tortuga en la mano de Jay y, con una sonrisa en el rostro, le dijo: “Toma, esto es para ti y, por favor, cálmate. Madeleine perdió este papel, pero te consiguió a ti, ¿no lo crees? En cuanto a lo que dijiste, tienes razón al decir que mi esposo no se involucra mucho en mis asuntos personales y, justamente es por eso que debo confiar en mí misma y mis capacidades para hacer esto; a diferencia de Madeleine, obviamente, quien tiene todo tu apoyo y puede confiar en ti. Además, no tienes por qué preocuparte; aunque primero aceptaré este rol que me ofrecieron, no olvides que, definitivamente, ayudaré a tu prometida a encontrar algunos roles que le convenga”.

Por otro lado, después de decir eso, la mujer se dio la vuelta y se fue con una gran sonrisa en el rostro; mientras que, al ver nuevamente el llavero de la tortuga, Jay frunció ligeramente el ceño. A decir verdad, el hombre no tenía claro porque Eliza le había entregado eso, o qué era lo que le quiso decirle; sin embargo, pensó que solo estaba envidiosa y celosa, pues Madeleine y él tenían una relación muy estable, de casi cinco años.

...

Después de deshacerse de Jay, Eliza caminó apresuradamente hacia el otro lado de la carretera y, justo en ese momento, un auto se detuvo muy cerca de ella; luego, el conductor bajó la ventanilla y Eliza descubrió el hermoso y elegante rostro de Matthew sentado en el lugar del copiloto. Mientras que, tras ver que tenía toda su atención, Matthew rápidamente le hizo un gran ofrecimiento: “Eliza, ¿déjame llevarte de regreso a casa?”.

Luego de escuchar su oferta, Eliza sonrió amablemente, abrió la puerta y se sentó un poco sorprendida, pues vio al instante que Roseane también estaba sentada en la parte trasera del auto; no obstante, al ver a Eliza a su lado, Roseane sonrió cariñosamente y le dijo: “Felicitaciones. De verdad, muchas felicidades por el papel principal, lo harás genial”. Por su parte, tras escuchar la sincera felicitación de la mujer, Eliza respondió tímidamente: “Muchas gracias”.

Matthew, quien iba observando cuidadosamente el camino, miró repentinamente a la mujer a través del espejo retrovisor y, con una gran sonrisa, le dijo: “La verdad es que tu actuación de hoy realmente me sorprendió. De hecho, sabía que tu actuación era buena, pero no esperaba que fuera así de excelente; en realidad, tienes grandes habilidades”. Mientras tanto, Eliza se sintió un poco avergonzada al escuchar los halagos de tal joven; por ello, sin tener muy en claro qué decir, respondió tímidamente: “Yo creo que fueron ustedes que me vieron así. En mi opinión, mis habilidades de actuación son promedio, y hay una gran diferencia en comparación con Roseane, que es una excelente actriz”.

“Deja de alabarme tanto, la verdad es que realmente hiciste un buen trabajo”, dijo Roseane, quien sonrió un poco apenada mientras le entregaba una botella de agua; por su parte, Eliza también la miró fijamente y, con una expresión sería, le dijo sumamente agradecida: “Por cierto. Tengo que agradecerte mucho por presentarme al sr. Valentine; de hecho, sin él, ni siquiera hubiera podido asistir a la audición, mucho menos, obtener el papel principal”. Cuando escuchó las palabras de la mujer, Roseane se quedó atónita y, solo después de un rato recordó que Matthew había inventado una historia sobre el sr. Valentine; sin embargo, como al parecer aún no había aclarado ese asunto, ella tosió delicadamente y respondió lo más normal posible: “Si, el sr. Valentine es una persona muy amable”.

“Así es”, afirmó Eliza con toda sinceridad; luego, tras mirar casualmente a las dos personas con ella, Eliza añadió: “Aunque parece que el sr. Valentine es un viejo, siento que todavía tiene un espíritu juvenil. A decir verdad, aprecio mucho a ese hombre”. Cuando Matthew escuchó las palabras de la mujer, por poco escupe el sorbo de agua que acababa de tomar y, de hecho, si lo que pensaba era correcto, Eliza le estaba diciendo viejo a su tío Beau; sin embargo, conteniendo la risa, el hombre mencionó: En realidad, el sr. Valentine es un anciano, pero con una mentalidad bastante joven”.

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