Das histórias de Internet que li, talvez a mais impressionante seja Mis Tres Tesoros Más Preciados. A história é boa demais, me deixando com muitas expectativas. Atualmente, o mangá foi traduzido para Capítulo 68. Vamos agora ler a história Mis Tres Tesoros Más Preciados do autor Internet aqui.
Cuando Beau escuchó que la mujer lo consideraba como un anciano, él frunció seriamente el ceño, dejó el periódico a toda prisa y, fingiendo estar despreocupado por la situación, le preguntó: “Qué, sr. Valentine? ¿A quién te refieres?”. Después de escuchar su inquietud, Eliza acomodó perfectamente el regalo, y luego le respondió sutilmente: “Es un señor que Roseane me presentó. En realidad, fue gracias al sr. Valentine que pude participar tranquilamente en la audición, y también, fue él quien me ayudó a obtener un buen resultado”.
Tras decir ello, la mujer miró amablemente al hombre y, con una sonrisa en el rostro, le dijo: “Además, el sr. Valentine es un anciano muy interesante. De hecho, al principio pensé que ese hombre era de la misma generación que nosotros, pero luego descubrí que no era así; la verdad es que él no solo no entiende los emojis, sino que también se demora mucho tiempo en responder”. Cuando Beau escuchó eso, él frunció ligeramente el ceño, tomó el periódico para cubrir su rostro y le dijo suavemente: “Entonces, ¿quieres decir que una persona es vieja solo porque no entiende los emojis?”.
Luego de escuchar su inquietud, Eliza se quedó un poco sorprendida y, con el ceño ligeramente fruncido, le preguntó su opinión: “Entonces, ¿tú que piensas?”. A decir verdad, Eliza se aseguró de enviarle emojis muy fáciles de entender; sin embargo, aun así, el sr. Valentine se demoraba mucho en reaccionar, así que ella pensó que eso solo era porque estaba hablando con un anciano.
Al ver que el hombre sentía mucha curiosidad por el sr. Valentine, Eliza lo miró con gran inquietud y, le preguntó seriamente: “Y tú, ¿por qué de repente estás interesado en esto?”. Luego, la mujer miró el periódico invertido que tenía en las manos el hombre y, con una ligera sonrisa en el rostro, le dijo débilmente: “Ejem… sr. Valentine. Entonces, tú… ¿tampoco puedes entender los emojis? ¿Cómo es eso posible?”.
Tras notar la actitud muy sorprendida de la mujer, el hombre respondió fríamente: “Es porque no quiero perder mi valioso tiempo en cosas sin importancia como esas”. Después de decir eso, Beau se dio cuenta de que el periódico que tenía en la mano estaba invertido, así que, frunció seriamente el ceño, se levantó apresuradamente del sofá y subió rápidamente las escaleras; mientras que, Eliza se quedó un poco estupefacta al ver su actitud, miró como el hombre alejaba velozmente y, aunque no sabía el por qué, entendía perfectamente que él estaba furioso.
Por su parte, Braint y Demarion, que estaban detrás de Eliza, se miraron fijamente el uno al otro y, en realidad, comprendían que su padre se sintiera tan enojado, pues la mujer lo había llamado viejo solo por la falta de conocimientos sobre los emojis; luego, Demarion tosió ligeramente para llamar la atención y, explicó de inmediato: “Mami, creo que no podemos juzgar la edad del sr. Valentine solo por su comprensión de los emojis. Tal vez si es un joven apuesto al que no le gusta navegar por internet”. Mientras que, tras escuchar la razón de su hijo, Eliza frunció un poco el ceño y le dijo: “Pero... el trabajo del sr. Valentine requiere que navegue por internet constantemente”.
Justo cuando Eliza terminó de hablar, se escuchó un fuerte golpe que provenía de la puerta del estudio de la segunda planta y, tanto Eliza como los pequeños se quedaron totalmente aturdidos con aquel golpe; por su parte, tras oír ello y, como creía que su padre necesitaba consuelo, Braint sacudió la cabeza con impotencia, cerró su laptop, se puso de pie y dijo seriamente: “Voy arriba”. Mientras tanto, mirando fijamente a Eliza, Demarion continuó hablando con total rectitud: “Mami, ¿quieres conocer a este sr. Valentine?”.
“¡Por supuesto!”, respondió Eliza apresuradamente; pues, de hecho, el sr. Valentine la había ayudado tanto que, ella sentía que debía agradecerle personalmente toda su ayuda. Por su parte, tras escuchar la respuesta de su madre, Demarion respiró hondo y, como si estuviera tramando algo, sonrió sospechosamente y le dijo: “Entonces mami, cuando llegue el momento de que te reúnas con el sr. Valentine, yo te ayudaré a elegir tu ropa, ¿de acuerdo?”.
Luego de escuchar sus palabras, Eliza se quedó un poco atónita y, como no entendía por qué el niño se preocupaba mucho por su vestimenta, si solo se iba a areunir con un anciano, ella le preguntó con gran curiosidad: “No tienes que hacerlo, ¿de verdad? No es necesario”. Tras oír ello, Demarion puso inmediaamnte una cara seria y, mirándola fijamente a los ojos, le dijo: “Claro que es necesario; después de todo, el sr. Valentine es una persona muy importante para ti, mami”.
En ese momento, en el estudio de Beau, Braint se subió a una silla, se sentó en el escritorio de su padre y encendió la laptop que tenía en sus manos; después de ello y, justo cuando aparecieron miles de emojis en la pantalla, el pequeño le mostró cuidadosamente a su padre, los señaló lentamente y le dijo sutilmente: “Papá, sé que por lo general eres demasiado serio, pero para evitar que te avergüences la próxima vez… te sugiero que aprendas lo que les gusta usar a los jóvenes en estos días”.
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