No más palabras romance Capítulo 94

Asunto: Re: Recordemos.

"Nunca olvidaría tu cuerpo desnudo.

Me matas lentamente.

Mi día está muy bien, mejor si ahorro agua de nuevo contigo.

Perdido contigo en recuerdos, Pau."

Sonrío. Mi vida ha cambiado de cierta manera en los últimos meses, me he dado cuenta que he conseguido vivir, experimentar y un montón de buenos momentos para atesorar. Algunas cosas son turbias, algunos momentos malos o desagradables, pero al final del día creo que consigo sonreír mucho. Al final del día puedo decir que soy feliz.

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— ¿Acaso estás nerviosa? —río girando en la calle que me llevara a la casa familiar. No la observo, pero siento como se remueve en su asiento.

—No estoy nerviosa. Solo es terriblemente incómodo conservar unas bragas húmedas.

Eso capta totalmente mi atención y detengo el auto a un lado de la acera para poder observarla, estamos tan solo a unas casas de llegar a la de mi familia. Ella me da una pequeña sonrisa. A veces tengo la sensación de que Elisabeth Cortés definitivamente será mi perdición.

— ¿Qué dijiste?

—Creo que escuchaste bien—se encoje de hombros y deliberadamente cruza sus piernas de tal manera que el vestido que está usando sube hasta desnudar sus muslos. Tentación, demasiada tentación—. Estaba pensando en ti antes de que llegaras por mí y pensé que tenía tiempo para divertirme conmigo misma, pero llegaste antes y no pude terminar. Luego he estado todos estos minutos observándote mientras conduces y mis bragas en consecuencia ya no son tan cómodas ¿Cuál es la solución, Paul?

Bajarle las bragas, levantarle la falda: darle diversión a mis dedos o romper un poco las reglas públicas mientras lo hacemos en mi auto. Esa podría ser una excelente respuesta, pero teniendo en cuenta que estamos en territorio familiar, sería vergonzoso ser atrapado por mi numerosa familia.

—Quizá quitártelas si tanto te molestan.

—Tentador, pero conociendo el clima Merideño muy bien podría terminar mostrándole el culo a toda tu familia cuando alguna ventisca aparezca.

—Todos concluirían que tienes un culo asombroso, pero no queremos crear ese tipo de recuerdos—le sonrío.

—Solo no seas tan moja bragas, por favor.

—No sabía que era un moja bragas.

—Totalmente. Mis bragas nunca quedan intactas ante ti.

Tomo su mano en la mía y beso sus nudillos, ella me sonríe. Hay esta dulzura en Elisabeth de la que creo ni siquiera se da cuenta, seguro, ella atribuye todo su lado dulce a quien llamo su alter ego, debido a que siempre está en presencia en su sección del programa, pero la verdad es que cuando pasa tiempo conmigo vislumbro su lado dulce y sensible.

Cap. 94: Viviré de esa promesa 1

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Cap. 94: Viviré de esa promesa 3

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